Cuando tras 30 años conseguimos igualarnos a Europa con la Ley Orgánica 2/2010 (de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo), llega la derecha más rancia con su afán reformista y nos manda estrepitosamente a la cola de los países miembros (solo por delante de Irlanda, Polonia y Malta).
La reforma que pretende llevar a cabo el PP, encabezada por el Ilustrísimo ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón, implica volver a los primeros años ochenta. Los y las jóvenes socialistas denuncian que con esta contrareforma no sólo se está dejando atrás una ley consensuada por la mayoría de los grupos parlamentarios sino que además el Partido Popular hace oídos sordos a numerosos colectivos como la OMS o el Comité de Igualdad del Consejo de Europa que advierten insistentemente en que restringir el aborto sólo provocara más mortalidad materna.
Ainoa Fernández afirma que, lo que tenemos con esta reforma es; en vez de transparencia, opacidad en la elaboración de la ley; en vez de consenso, más división social, y lo más terrible; la posibilidad cada vez más próxima de que las mujeres que no deseen seguir adelante con su embarazo tengan que abortar fuera de España, o hacerlo dentro de manera clandestina, algo que ninguna ley va a impedir. Según Ainoa Fernández "parece ser que Gallardón y su equipo son los únicos que se niegan a aceptar que reformas regresivas como esta, no disminuyen el número de abortos; lo único que hacen es sacarlo de la visibilidad, hacerlo clandestino o fomentar el turismo abortivo que sólo está al alcance de las mujeres con recursos económicos".
Las palabras de la secretaria de igualdad fueron claras: “Basta ya de demagogia; una mujer no aborta por placer, es su última opción. Basta ya de imposiciones ideológicas que únicamente buscan contentar a los santísimos; pues si algo está claro es que si una mujer está decidida a interrumpir su embarazo lo hará, con ley o sin ella". Advertía también que "para este Gobierno lo único importante es que los “concebidos no nacidos” lleguen a este mundo. En cambio les trae sin cuidado que nazcan con una enfermedad crónica a la cual se le ha retirado todo tipo de ayudas sociales además de aplicarle un copago sanitario del 10%, o que ambos padres sean trabajadores pero no tengan como financiar una guardería por la altísima subida de tasas, que ese “concebido no nacido” y su familia se vean desahuciados, o que se cierre el hospital de su pedanía quedándose sin servicio de urgencias; todo esto les da igual.
Según Fernández: “para el Partido Popular lo importante es que nazca, luego ya que los padres a los que no se les ha dejado DECIDIR, se las apañen” Los y las jóvenes socialistas, además de posicionarse totalmente en contra de esta regresiva reforma, pedimos insistentemente que se reconsidere la misma y que se deje de jugar con las mujeres como si fueran ciudadanas de segunda, coartando su derecho a decidir y relegándolas a un segundo plano.
