Y es que en este mundo de postverdades o directamente de mentiras y manipulación de la realidad las cosas son tan cambiantes y parecen carecer de todo valor por sí mismas que lo que ayer era negro hoy es blanco, con toda naturalidad, sin que el proceso de transmutación imposible afecte en lo más mínimo a quien lo pregona. El problema para estos señores tan acostumbrados al cambio brusco de la realidad es que ellos creen que engañan al personal, pero el personal cada día se deja engañar menos.
Los señores Rajoy, Montoro, Hernando, Sáenz de Santamaría y otros que tienen hoy en día la sartén por el mango (aunque ya no tanto, eso sí) juraban y perjuraban no sólo que no se podían subir las pensiones más allá de ese ridículo 0,25%, sino que había además que aplicarles de forma casi inmediata un correctivo (léase hachazo) llamado “factor de sostenibilidad” porque si no sería imposible mantener el sistema. Llegaban además a afirmar con toda rotundidad que la subida era más que suficiente, que los pensionistas vivían de maravilla y que si alguno se quejaba lo hacía sin motivo alguno.
Pero he aquí que el señor Rivera, paladín (según él) de todas las causas justas y poseedor del don de la ubicuidad (porque en todos los saraos está metido) negocia con los anteriormente citados una subida de algunas pensiones a cambio de su apoyo a los presupuestos patrios. Y como no les queda otra, los mentados más arriba tienen que ceder. Y he aquí que ¡milagro!, ahora todos, los primeros y el segundo, se vanaglorian de esta subida que sigue siendo muyyyy escasita.
Y es entonces cuando del norte llega el PNV y le dice al gobierno: “Si de verdad me quieres (para aprobar los presupuestos, no vayan ustedes a pensar en otra cosa) demuéstramelo. Sube todas las pensiones este año y el siguiente lo que suba la inflación”. Y como los cinco diputados del PNV son condición sine qua non para aprobar el presupuesto, pues nueva versión postverdadera de la realidad y sí, las pensiones subirán este año y el que viene lo que suba la inflación. Y nuevamente salen todos a la palestra mediática y todos se apuntan el tanto y venden su éxito y su “compromiso” con los eméritos de este país que lo dieron todo (incluidas sus cotizaciones) durante su vida laboral y que ahora merecen ser cuidados y mimados.
Pero tras todo este mercadeo con la subida o recorte de las pensiones está la realidad. Y la realidad es que cientos de miles, si no más, de pensionistas han salido a las calles a protestar contra el saqueo continuo de sus pensiones. Que no se engañen ustedes: el dinero que se ahorra en el pago de pensiones no hay que recaudarlo, y así se pueden bajar los impuestos a las grandes fortunas y a las multinacionales y las cotizaciones que deben pagar por sus trabajadores, y también se puede seguir con una economía basada en los salarios ínfimos cuyas cotizaciones sociales son también ínfimas. Porque en realidad eso es lo que pasa: quieren que creamos que el sistema no es sostenible, porque así quienes de verdad mandan en este país podrán seguir disfrutando de impuestos cada día más bajos y de beneficios cada día más altos.
Y como decía, los cientos de miles e incluso millones de pensionistas que han salido y siguen saliendo a protestar a la calle son millones de votos que han que tener en cuenta. Porque por esas veleidades de la democracia, cada mujer y cada hombre que protesta contra el abuso que se hace de este sector de la población tan desprotegido son un voto que no sólo van a perder los responsables de este estado de cosas, sino que probablemente votarán a otros partidos para dar una lección a quienes nos han llevado a la actual situación. Y es por ello que partidos y gobiernos han cambiado sus posturas: porque ven que millones de votos están en juego, para unos y para otros, y que o mueves ficha o ese pastel no se lo van a llevar ellos. Nueve millones de jubilados son nueve millones de votos, y si no cuentas con al menos una parte de ellos lo tienes crudo en el ring electoral hispano.
Así que, señoras y señores pensionistas, acéptenme este consejo: elijan con cuidado a quién votan, háganles saber que son ustedes personas, y muy importantes, ya que forman parte de un colectivo que sin exageraciones puede poner y quitar gobiernos en este país.
