De hecho, el pasado 19 de julio el pleno aprobaba un pago anticipado de deuda de más de 800.000 euros, pago que podía hacerse por disponer las arcas municipales de remanente para ello y que eliminaba también los intereses que devengaba esa cantidad y que pagábamos entre todos. Aunque, curiosamente, la oposición no apoyó esta medida.
Y hablo de la oposición porque es un mantra de la derecha que ella y sólo ella gestiona mejor los dineros públicos. He oído decir siempre a los responsables económicos de los partidos de corte neoliberal que las cuentas públicas son más estables cuando están en sus manos, ya que nunca gastan por encima de lo que tienen disponible. Es decir, que nunca generan déficit en su manejo del dinero de todos. Claro está, para estos políticos los partidos de izquierda hacen todo lo contrario: malgastar y tirar el dinero público y generar constantes déficits, de forma que después tiene que venir la derecha a salvar la situación.
Pero no sé por qué me da a mí la impresión de que esto no es exactamente así. Y a la vista está lo que pasa últimamente en varias administraciones que pasaron de manos de los partidos de derecha a coaliciones de izquierda. Por ejemplo, Cieza. Cuando el Partido Popular perdió el mando municipal dejó al ayuntamiento con una deuda que no era excesiva, pero que engordó considerablemente con diversos fallos judiciales que condenaban al consistorio a pagar cantidades muy importantes de dinero. Uno de las armas políticas que utilizó la oposición en estos cuatro años fue todo un clásico: acusar a la coalición de gobierno (recordamos, de izquierdas) de despilfarrar el dinero público, en muchas ocasiones sin dato alguno que sustentara sus afirmaciones. El caso es que el tiempo pone las cosas en su sitio, y cuatro años después nos enteramos de que la deuda que dejó el Partido Popular como herencia a sus sucesores ha sido prácticamente eliminada por unos partidos a los que acusaba de despilfarradores y manirrotos, pero que han demostrado que saben gestionar los recursos con los que cuentan.
Hay otros muchos casos similares, pero uno destaca mucho por tratarse de la capital del reino: Madrid, cuya deuda en 2014, año en el que el Partido Popular perdió la alcaldía, era prácticamente de 6.000.000.000 de euros. En los cuatro años que Manuela Carmena y su coalición de izquierda estuvieron en el poder municipal la deuda se redujo a la mitad, las empresas municipales obtuvieron beneficios durante tres años consecutivos y la caja del ayuntamiento poseía un remanente de más de mil millones de euros. Algo que me temo que no tendrá continuidad con el nuevo ayuntamiento de derecha y extrema derecha, cuyo titular Martínez Almeida ya ha anunciado proyectos donde se entierran sin utilidad inmensas cantidades de dinero, como es el caso de la reactivación de la candidatura olímpica capitalina.
Pero volvamos a lo nuestro. La práctica eliminación de la deuda municipal constituye sin duda una magnífica noticia para nuestra ciudad. No sólo por la buena gestión que la anterior coalición de gobierno realizó, sino también (y como consecuencia de ella) por el hecho de que a partir de ahora el consistorio dispondrá de más medios para llevar a cabo una política sostenida de inversiones y mejoras de las infraestructuras y servicios municipales, para los que hasta ahora siempre faltaban recursos porque, simplemente, no los había: era necesario primero hacer frente a las deudas y a los gastos corrientes. Ahora sí, ahora se podrá contar con medios. Quizás no con los suficientes o los deseables, pero por lo menos con una cantidad muy superior a la existente anteriormente. Incluso podría plantearse (y aquí expreso un deseo que comparten con seguridad la mayoría de los habitantes de Cieza) una cierta bajada de algunos de los impuestos y servicios municipales para dar algo de oxígeno a las familias y ciudadanos locales. Siempre garantizando, claro está, que el consistorio cuente con los medios suficientes para atender a las necesidades de la población y de sus vecinos.
En resumen: las derechas no gestionan mejor que las izquierdas los dineros públicos. Y Cieza es un buen ejemplo de ello.
