El acto, de carácter simbólico y al que asistió el edil de Medio Ambiente, Antonio Moya, consistió en la plantación de un chopo blanco (Populus alba) entre todos los participantes, al que se le colocó un elemento decorativo que simboliza la protección que cada una de las asociaciones y centros educativos participantes darán a las especies vegetales que se plantarán en las distintas zonas de playa asignada y en el monte de la Atalaya, así como el nombre de cada una de los participantes en el programa.

Esta iniciativa ha surgido gracias a las ideas y propuestas desinteresadas y altruistas de ciudadanos de diversos colectivos, y también a nivel particular, ejerciendo en este caso la concejalía una función de nexo de unión y dejando el protagonismo principal a los ciudadanos de Cieza, que demuestran una vez más el intenso apego que tiene por esta tierra y por su patrimonio natural.

El diseño del proyecto que ha sido consensuado por un pequeño grupo de ciudadanos impulsores de la iniciativa junto con la concejalía, pretende conseguir poner en marcha un modelo de recuperación ambiental, que permita demostrar que con la suma de pequeños esfuerzos, pero continuados en el tiempo, es posible conseguir grandes logros, siguiendo el principio de hacer más con menos. Lo que se busca con esta actividad no son grandes cifras, no son números, hectáreas repobladas y cientos de árboles plantados en una o dos semanas y luego olvidarnos de ello, sino conseguir con un trasfondo educativo y altruista, la recuperación real y efectiva del ecosistema, contando para ello con las manos y la pasión de los escolares y sus profesores, asociaciones y asociados de colectivos de distinta naturaleza, y no solo de carácter medioambiental, así como ciudadanos a nivel particular, buscando y demostrando que con constancia y con compromiso, se puede conseguir cualquier cosa.

La idea por tanto que buscan los promotores de la iniciativa, es recuperar los espacios naturales sobre los que se va a actuar metro a metro, árbol a árbol y promover principios de colaboración y apoyo entre las distintas asociaciones participantes, para conseguir un fin común que es el de dejar a las generaciones venideras, un municipio un poco mejor.

Para ello, además de en una parcela de nuestra querida Atalaya, se va a actuar en diversas zonas de playa, asignadas a las distintas asociaciones y centros educativos participantes y que serán identificadas con carteles en los que además de reflejar los datos de la asociación o centro educativo que la apadrina, incluirá los datos de tareas mínimas a llevar a cabo, para facilitar el seguimiento y poder planificar mejor los trabajos a futuro.

La Concejalía de Medio Ambiente realizará labores de coordinación y apoyo logístico, facilitando los medios necesarios para poder llevar a cabo las tareas de plantación y mantenimiento posterior, especialmente en cuestiones de riego, para lo que se emplearán sistemas alternativos sin uso de combustibles fósiles, como bicibombas o bombas manuales, sobre los que la concejalía ya lleva un tiempo trabajando a través de su programa de educación ambiental.

Por último, se aprovechó para animar a todos aquellos que quieran sumarse a esta iniciativa a que se sumen, y se agradeció la colaboración desinteresada de María Dolores Guardiola, y Antonia Guardiola, esta última con 91 años de edad, que ha transmitido su vitalidad para dar fuerza al proyecto, con la confección del denominado “jersey del árbol”, jersey cuyos tramos de colores representan a cada uno de los colectivos participantes.