A nadie se le escapa que últimamente Cieza es algo así como un vergel de grandes fotógrafos, un vergel donde pocos rincones de esta bonita ciudad quedan sin grabar en las tarjetas de memoria de las cámaras de expertos y aficionados fotógrafos. Es en este vergel donde sobresale llamativamente la fotografía en blanco y negro de un artista completo, como lo definía Antonio Salmerón Marín, vicepresidente de la Hermandad de San Bartolomé, en la presentación del autor.
Por otro lado somos muchos los que llevamos tiempo admirando los trabajos de Francisco Rodríguez en la popular red social Facebook. No ha sido hasta este verano y casi a toque de arrebato cuando por fin , y haciendo justicia a este gran artista ciezano, la Hermandad de San Bartolomé ha tenido a bien de organizar una exposición que lleva por título ''Ausencia de Tono''. Exposición en la que se recogen cincuenta interesantes fotografías donde el blanco y el negro no hacen sino realzar la belleza de entornos como la Cuesta Cosme, Paseo Ribereño, Puente de los Nueve Ojos o los campanarios de la Basílica de la Asunción y la Ermita de San Bartolomé. Fotografías donde el color es un auténtico ausente pero que a pesar de esto consigue el autor, Francisco Rodríguez Hortelano, despertar la admiración del espectador, espectador que en muchos casos no logra entender como el autor ha podido conseguir este o el otro encuadre, o cómo es posible que tengamos eso en Cieza y no lo conozcamos.
Es posible ver esta oda al arte, la fotografía y Cieza hasta el 31 de agosto en el Centro de Folklore en horario de 19:30 horas a 21:30 horas, centro situado en la Calle Empedra 9. Las obras expuestas pueden ser adquiridas por un precio superior a veinte euros, para la compra de alguna de ellas pueden ponerse en contacto con la Hermandad de San Bartolomé.
Al acto de inauguración acudió Antonio Moya, concejal de Turismo, y amigo a la vez del autor; Laura Villa, presidenta de la Hermandad de San Bartolomé y Jesús Saorín, director del Centro de Folklore. y acabó con la interpretación de varias piezas, entre ellas una habanera, por la Capella AD Libitum, capella que dejó a los asistentes con un gran sabor de boca debido al alto nivel interpretativo de los componentes del grupo.