La solemnidad y el respecto reina al paso de las diferentes cofradías que a su vez desfilan con una seriedad y un sentimiento que hace de esta noche una de las más esperadas de la Semana de Pasión de nuestra localidad.
Una valiosísima acta capitular de 1693 confirma la antigüedad de esta Procesión y nos refiere por primera vez la presencia de las autoridades en la misma: "Esta villa tiene por costumbre y devoción asistir a diferentes fiestas y procesiones generales por decretos y botos para que en todo tiempo conste las que son acordaron lo fuesen… la del Viernes Santo… y que tengan obligación todos los señores capitulares asistir a ellas no teniendo impedimento legítimo bajo la pena de una libra de cera…”. La de Viernes Santo se refiere a las dos Procesiones que tenían lugar ese día: una, por la mañana, repetición de la de Jueves Santo; la otra, la del Santo Entierro, en la tarde-noche, que debió entenderse como una prolongación de la primera.
Con la desaparición de la Cofradía de la Sangre a mediados o finales del siglo XVIII, será la Cofradía de Jesús la que adquiera protagonismo al hacerse cargo del Santo Sepulcro que pronto contará con una Imagen de Cristo Yacente propia. Desde 1785, cuando ya el Desfile se inicia y concluye en la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, y promovido por la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, se celebra al término de la Procesión del Santo Entierro el Sermón de Soledad y el Velatorio. El primero, del que en la actualidad perdura una leve reminiscencia, se decía al terminar la Procesión en la Plaza Mayor ante el portón de la Iglesia con los tres Pasos (Santa Cruz, Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad) dispuestos allí; acabado el Sermón, y en la propia iglesia o en casa de las Camareras de los Pasos, se velaba hasta el alba a Nuestra Señora de la Soledad y al Santo Sepulcro.
A finales de ese siglo, fruto del relanzamiento que viven en esa época los Desfiles Procesionales ciezanos, se suman a la Procesión los Pasos de San Juan y Santa María Magdalena (ésta dejará de hacerlo en 2005); y a lo largo del siglo XX lo hacen progresivamente Santa Verónica (años 20 -dejará de procesionar en 2008, cuando su Cofradía incorpore al cortejo el Paso Ntra. Sra. de la Amargura); Santísimo Cristo Yacente y Santísima Virgen del Dolor (años 40, -la Imagen de la Virgen será sustituida en 2005 por la de Ntra. Sra. del Mayor Dolor-); Santísima Virgen de la Piedad, Santa María Salomé, y Tercio Romano del Santo Sepulcro (años 50) -escoltando precisamente al Santo Sepulcro, Paso remozado en la segunda mitad del siglo XX y que poco tiene que ver ya con el antiguo, conocido también por sus formas como La Cama de Cristo-; Santísimo Cristo del Perdón, y Santísimo Cristo del Consuelo -en sustitución, por su lamentable estado de conservación, de la Santa Cruz perteneciente a la misma Cofradía- (años 70); Descendimiento de Cristo y José de Arimatea o Traslado al Sepulcro (años 90) y Santa María de Cleofás, que tras incorporase a la Procesión en la pasada década de los noventa dejó de procesionar en 2010, cuando su Cofradía incorporó al desfile el Paso Las Santas Mujeres camino del Sepulcro.
