“Causa estupor que seamos incapaces de mantener en servicio las cosas más pequeñas y baratas”, avanza José Luis Vergara en referencia al corte del agua de la fuente del Ribereño, en la zona deportiva de calentamiento, o de mantener cerrados los aseos de la ermita del Cristo, “mientras nos dedicamos a diseñar o aceptar grandes obras como las que Acuamed proyecta sobre los paseos Ribereño y de Veredas, en ambas márgenes del río”.
Ciudadanos Centristas siempre ha defendido la idoneidad de continuar el Ribereño hasta la Presa, aguas arriba, y hasta el rincón de san Pablo, hacia abajo “incluso abogamos por el gran Ribereño que llegue hasta el azud de Ojós, pero puesto que parece que el PP es incapaz de mantener lo poco que tenemos en buen orden de utilidad y limpieza quizá deberíamos empezar por asegurar lo que existe antes de embarcarnos en más cosas, para las que quizá no tengan las previsiones completas de mantenimiento y buen uso” añade el concejal ciezano.
“Debe reponerse de inmediato el servicio de agua potable de la fuente del Ribereño, incluso debería colocarse otra, también de piedra, junto al puente del Argaz formando parte de otro pequeño espacio deportivo. Son centenares de ciezanos los que a diario utilizan este paseo como lugar de encuentro, de deporte y de esparcimiento y se merecen algo más de atención y consideración”, opina Vergara. Según ha podido saber el portavoz de CCCi en las últimas semanas docenas de familias se acercaban a llenar bidones de agua de la fuente del Ribereño “pero esa no puede ser la razón de su cierre porque el gasto en agua que ello puede representar, incluso contando medio centenar de familias, no pasa de un euro al día y si alguien lo hace es por imperiosa necesidad porque el gasto que le supone en gasolina es más que los dos céntimos de agua (30 litros) que se puede llevar de allí ¿no decían que agua para todos? Pues ejerzamos todos un poco, ya no la solidaridad si no al menos una miaja de comprensión.
Dese a las fuentes un uso preferente para los deportistas que beben un trago, se mojan la cabeza o llenan una botellita y permitamos que las colas de personas necesitadas sigan existiendo ¿o es que ya somos tan insensibles que negamos un poco de agua a quien tanto la necesita que debe ir a buscarla con bidones? Vergara quiso recordar que mil litros de agua cuestan setenta y siete céntimos a los vecinos y bastante menos al ayuntamiento “por lo que nunca es un problema económico que cincuenta o cien familias llenen veinte litros ni cincuenta, por el contrario si podemos originar un problema de salud si negamos ese mínimo acceso a ella”.
