El APE-9 es un sector que arrastra desde hace tiempo una problemática urbanística bien conocida, caracterizada – según el concejal José Eduardo Illueca, concejal firmante de una iniciativa que se debatirá en el próximo Pleno ordinario de agosto –, “por el abandono urbanístico, la suciedad y la desolación, convertida en un enclave dentro del casco urbano de terreno sin urbanizar que permanece en el mismo estado desde hace más de treinta años, una auténtica isla carente de las mínimas dotaciones que debería poseer desde hace tiempo”. Los problemas endémicos de la zona son, entre otros, la falta de limpieza, la acumulación de enseres y trastos, el crecimiento de hierbas y matojos y la frecuente utilización para realizar vertidos ilegales de escombros y residuos de obra y demolición.
Las consecuencias las sufren en mayor medida que nadie los vecinos del único edificio construido en la calle Párroco Germán Arias, quienes han denunciado en muchas ocasiones una situación que consideran injusta para ellos. Para Illueca, “las actuaciones de limpieza, que nuestro grupo ha pedido con frecuencia y que algunas veces se han realizado, son de agradecer y atenúan la problemática durante un tiempo, pero están muy lejos de ser la solución definitiva”. Una solución definitiva “que no puede ser otra que una actuación integral y urgente para la rehabilitación de todo el polígono, que lo haga habitable, le dé aspecto urbano y lo dote de los equipamientos previstos en el Plan General, con independencia que la construcción en las parcelas comience antes o después”. De acuerdo al PGMO, aprobado en 2008, “los propietarios de los terrenos estaban obligados a acometer la urbanización del polígono en el plazo de un año, constatándose un incumplimiento evidente en esta materia cuando han transcurrido más de cuatro años y medio y no se ha realizado actuación alguna; por ello, pensamos que el Ayuntamiento debería plantearse un cambio en el sistema de actuación, sustituyendo el de compensación, actualmente previsto, por el de cooperación, asumiendo la iniciativa urbanizadora y repercutiendo el coste sobre los propietarios, que son quienes tienen la obligación de urbanizar”.
La iniciativa que defenderá IU-Verdes en el próximo Pleno de agosto no se limita a esta propuesta, ya que, según Illueca, “dados los problemas peculiares de la zona merece la pena considerar la posibilidad de firmar convenios con los propietarios de los terrenos para que estos cedan su uso, en tanto no se acometan actuaciones de urbanización en esta área, para darles utilidad pública y convertirlos en zonas de esparcimiento, evitando su degradación y atribuyéndoles una función social que compense parcialmente los graves perjuicios derivados de la falta de un adecuado desarrollo urbanístico”.
El objetivo sería “crear espacios de habitabilidad y salud en terrenos actualmente baldíos, socialmente improductivos e insalubres, con una inversión mínima por parte del Ayuntamiento, y convertir superficies desaprovechadas, inútiles y estéticamente feas, fuente de problemas para los vecinos, en lugares públicos de encuentro, de pausa y de recreo, fuente, por el contrario, de calidad de vida”.