La nota de prensa repartida esta semana por el PP local anunciando que retoma la idea del Paseo Ribereño para ampliarlo hasta el puente del Argaz y que intentará que el estado y la región entren en su financiación ha sido recibida en Ciudadanos Centristas Ciezanos “con tanto temor como esperanza”, en palabras de su secretario general, José Luis Vergara.
El concejal independiente se declara “rotundamente favorable” a la idea original de Paseo Ribereño, pero distingue claramente dos modelos del mismo, “cualquiera que se acerque al río puede ver las tremendas diferencias del gran Ribereño, entre los puentes de Hierro y Alambre (acera ancha, zona arbolada de cinco metros y carretera de servicio) y el pequeño Ribereño, pequeño en extensión, afortunadamente, y en concepto, por su acera estrecha, porque la zona de separación con los coches apenas es un parterre escaso y casi todo es asfalto; éste, unos doscientos metros desde el puente de Alambre en dirección al Argaz es obra de Tamayo y García, y desde luego tiene el aire del actual equipo de gobierno: cicatero, poco útil, casi parece hecho por obligación.
El primero y más largo se debe al impulso de los alcaldes Vergara Parra y López Lucas y a la gestión directa del exconcejal Castaño Penalva, ciertamente le faltan cosas, a mi modo de ver, que hubo de suprimirse por las matemáticas electorales, pero aún así, resulta precioso, poco menos que un sanatorio, separando bastante los coches de los peatones y deportistas”, esgrime el portavoz de CCCi añadiendo que “de todos modos, antes de embarcarse en nuevos tramos, hay que mantener y limpiar mejor los actuales que presentan deterioros, suciedad y muchas cañas que ocultan el río”.
Vergara Giménez quiso recordar que en realidad debería hablarse de tres modelos. “El original, salido del estudio de arquitectura de Francisco Saorín, es para nosotros el mejor, porque se diseñaba también con dos carriles bici y dos carriles para marcha y carrera, adosados a la acera, proponiendo una cortina más estrecha de arbolado pero, con todo, el realizado entre los puentes tradicionales resulta bastante útil y aceptable, aunque le faltan esos dos metros para los deportistas”. El concejal independiente opina que también debería llegar hasta la Presa, aguas arriba y embocar la carretera del río con más anchura a la derecha del puente Hierro.
No obstante reivindicó la idea que expuso brevemente en un pleno hace más de un año “el mejor Paseo Ribereño es el que nace en la Presa y llega hasta el pueblo de Blanca, atravesando un costado del Menjú, serpenteando a derecha e izquierda del río y costeando las tierras bajas de la villa de Abarán, el auténtico Ribereño de la Vega Alta, un proyecto de toda la comarca con capacidad y empaque para contar con financiación europea, española y autonómica y que por sí mismo sería un reclamo turístico de primer nivel nacional, con diez kilómetros de recorrido, es decir veinte kilómetros de salud, con anchura suficiente para disponer dos metros y medio de marcha y carrera y si contara con carriles bici, mejor; eso sí con al menos tres metros de anchura de zona arbolada y vegetal, entre los coches y las personas, con descansaderos cada quinientos o mil metros, dotados de agua potable, bancos de obra y tableros de ajedrez, ese es nuestro Paseo Ribereño”.
