Ha costado mucho. La movilización en pro de conseguir el medio millón de firmas necesario ha recorrido todo el país, de norte a sur y de este a oeste. Incluso en el extranjero se han hecho eco de esta acción. Parecía que no iba a ser posible, aunque finalmente se ha conseguido. Pero…
Pero algunos de los que son culpables del estado actual del Mar Menor siguen intentando torpedear cualquier medida que les haga perder el poder que tienen para seguir destruyéndolo. Resulta increíble que los medios de comunicación no se hagan eco, pero la desvergüenza de quienes más responsabilidad tienen en la catástrofe no tiene límites.
Me explico. Resulta que la recogida de firmas para la presentación de una Iniciativa Legislativa Popular ante el Congreso tiene un plazo determinado. Dicho plazo expiraba el 28 de octubre y aunque faltaban pocas firmas para alcanzar las 500.000, el hecho de no conseguirlas podría dar al traste con la campaña, lo que supondría sin duda un mazazo para quienes defienden la recuperación de la laguna. Finalmente las firmas se han conseguido con tres días de adelanto sobre el límite, pero ante las dificultades causadas por la pandemia para la recogida los organizadores plantearon en su momento en el Congreso una ampliación del plazo previsto hasta enero. La proposición fue defendida en el Parlamento y todos los grupos votaron a favor de la misma, ya que la aprobación de la propuesta supondría un espaldarazo decisivo para la recuperación del Mar Menor. Bueno, todos los grupos no. Porque el Partido Popular y Vox se negaron.
De Vox no se puede esperar nada en la defensa no ya del Mar Menor, sino del medio ambiente en general. Negacionistas del cambio climático, las palabras con las que una diputada nacional de la formación ultraderechista ha intentado explicar y defender su postura no solo son inentendibles, sino que pretenden hacer creer que al Mar Menor ya tiene derechos y está más que protegido. Dudo que la diputada se haya dado un garbeo por las playas antes azules y límpidas y hoy convertidas en tumba de los seres vivos de la laguna. Y dudo también que, aunque se lo hubiese dado, admitiera el desastre y tuviese el valor de señalar a los culpables.
Y en cuanto al Partido Popular, lo suyo no tiene desperdicio. Mientras que en Madrid la formación intentaba torpedear la ILP y votaba en contra de la ampliación del plazo de recogida de firmas (sin resultado, ya que se han conseguido como hemos visto), aquí el presidente regional hacía unas declaraciones en las que se congratulaba, sin demasiado entusiasmo, del éxito de la campaña de recogida de firmas, pero en las que dos de cada tres palabras iban dirigidas a intentar culpar al gobierno del país de lo que, tras veintiséis años consecutivos en el gobierno de Murcia, ha hecho su partido, ni aun ante las evidencias y advertencias continuadas sobre la catástrofe que, al final, se produjo. Es más, el presidente López Miras tiene la osadía de afirmar que su gobierno ha tomado multitud de medidas para arreglar el desaguisado, medidas que nadie más conoce, porque las pocas que propuso se limitaban a abrir las golas para que entrara en la laguna agua del Mediterráneo, lo que según todos los expertos hubiese supuesto la muerte definitiva del Mar Menor. Incluso ha llegado a acusar al gobierno central de inacción ante los regadíos ilegales, los cuales son responsabilidad del gobierno de la Región de Murcia, que paralizó de oficio y durante años todas las denuncias al respecto que se le presentaron.
Y, sobre todo, el presidente no explica por qué su partido intentó que no se ampliase el plazo para la recogida de firmas para la ILP. La explicación es sencilla: la ILP resulta un peligro para la política que el Partido Popular ha desarrollado en el Mar Menor durante estos 26 años, basada en el desmontaje de la protección del mismo, en la urbanización excesiva y hasta descontrolada y en el apoyo a las explotaciones agroindustriales también sin control y en buena parte ilegales. Y ahora que los resultados son dramáticamente evidentes y que el pueblo murciano reacciona por fin, los responsables de la catástrofe solo ofrecen una respuesta: echar a los demás la culpa de sus propios desmanes.
Como afirma el director de la Asociación de Naturalistas del Sureste, Pedro García, el principal problema del Mar Menor no es otro que el gobierno de la Región de Murcia. Y creo que no se equivoca en absoluto.
