Lo de Segovia es mucho mas contenido, absolutamente sobrio; como el respirar de Castilla. Los pasos llegan hasta la catedral desde cada uno de los barrios segovianos; en la tarde-noche del Jueves Santo. Serán los mismos que procesionarán en la noche de Viernes Santo. Tallas de Gregorio Fernandez, Juni, Aniceto Marinas o Ricardo Flecha desfilan en solemnes carrozas sobre ruedas; con exiguos ornatos florales y bien iluminados; la procesión discurre con gran amenidad y fluidez; sin parones ni cortes.
Baste decir, que el desfile compuesto por 16 cofradías apenas dura 2 horas en su discurrir; lo cual se agradece, ya que el numeroso público asistente se encuentra de pie y las noches castellanas no suelen ser precisamente cálidas. Numerosos penitentes infantiles, cubiertos con capuces y portando báculos de velas, ponen un refrescante acento mientras otros mayores nos retrotraen al oscurantismo medieval, cargando rústicas y pesadísimas cruces junto a largas y ruidosas cadenas atadas a los pies, y que a nadie deja indiferentes.
Los 16 pasos desfilantes concluirán su recorrido en el singular "Acueducto", para retornar cada uno a la iglesia de su barrio respectivo.