Hay sitios que pertenecen ya a tu vida, a tu manera de vivir, a tus momentos buenos y más saboreando un buen "cortado", más en las tardes de frío ciezano. Conozco la cafetería San Sebastián desde hace ya más de 34 años, lugar de selecta clientela, gente de todas las edades, jóvenes, de mediana edad, mayores, que cada uno en sus horarios disponibles íbamos a este local social y de relaciones humanas, como reza el cartel que cuelga de su puerta, sitio agradable, céntrico, acogedor, más en verano cuando apetecía salir al coqueto patio donde a la sombra de la parra centenaria plantada por los frailes que vinieron a Cieza en el siglo XVII todavía nos cobija y nos alegra la vista.

A la sombra de la higuera que en el siglo pasado plantó D. Pedro Ruíz Yarza, era ese patio un lugar mágico, sencillo, acogedor, capaz de atraer al visitante a Cieza y a nosotros mismos los ciezanos.

Era un lugar de encuentros, tertulias, de respeto y de como no, de tomarte un café u otra consumición en este marco tan singular decorado en su día por los hermanos Jaén González, (los Minutos, como se les conoce cariñosamente en Cieza).Testigo esta cafetería de tertulias nazarenas, de descansos en los relevos en las procesiones y después de dejar a los santos, de echar una cerveza con los compañeros de vara o de tu cofradía.

Desde este local han salido novios, que son hoy en día ya matrimonios, o buenos amigos con los que cruzarse en esta vida nuestra donde escasean las buenas amistades. O encontrarte a personajes pintorescos que pertenecen ya al paisaje ciezano de por vida, o sentir en algún momento un buen consejo de alguien que te conoce y te aprecia.

Hasta el mismo Carlos, de origen ecuatoriano y de nacionalidad también española como toda su familia, era un entrañable camarero, amigo, al que aconsejábamos, el que nos aconsejaba, el que nos tenía a todos una deferencia especial ya de muchos años y el que cuando alguien se salía de las reglas, también regañaba con respeto y perfecta deferencia. Carlos al que en sus principios acompañaba a Juan Salinas en esta cafetería, ha sabido encontrar aquí amigos de verdad y él ser amigo tuyo también y te lo demostraba siempre que podía, siempre.

Recuerdo al ya fallecido y amigo mío de la niñez, el abogado José Emilio Molina Carrasco, que era un enamorado de este sitio, de esta cafetería tan nuestra, tan ciezana, aquí gustaba juntarse con sus amigos en estado puro, para degustar de buenos ratos que ya no volverán. Aquí nos hemos encontrado con amigos de la niñez, un abrazo desde aquí a mi amigo Antonio Martínez Bernal, o al amigo Juan Camacho, siempre dispuesto a hablar de su Cristo de la Agonía, al que no quiere dejar jamás, al Nono Castell, tertuliano también y muy bromista, siempre alegre como un cascabel.

Aquí vivimos en directo y por la tv el atroz y cobarde ataque terrorista el 11 de septiembre famoso contra las Torres Gemelas en Nueva York, o ver a algún torero famoso que venía el día de San Bartolomé a torear y entraba a saludar al San Sebastián a sus incondicionales seguidores que insistían en que entrara. Todo un recuerdo difícil de olvidar y de dejar ya en el recuerdo de años vividos en este sitio que ya pertenece a tu vida y a un trozo de tus recuerdos entrañables que no se olvidan fácilmente.

Es una injustica que por dejar de pagar tres meses de alquiler al dueño, y en medio de esta tremenda tragedia de virus le obliguen a Carlos a cerrar este local. Por no pagar tres meses echan por tierra treinta y cuatro años de vida, de pagar religiosamente todos los meses?. No se dan cuenta que estamos en una catástrofe mayúscula?, a niveles de salud, de trabajo, de todo, y más cuando uno es autónomo?. No hay medidas suficientes para paliar este drama a nivel de autónomos en este tema de los alquileres de locales?. Al paso que vamos cuando esto acabe, si acaba, no van a quedar ni los rabos!!.

El dueño de este local debería de reflexionar y plantearse este tema de otra manera, con más calma, o es que hay otros intereses?. Pero este local permanece en nuestro corazón siempre, por los buenos ratos pasados, por las anécdotas, por los amigos que hemos conocido aquí, por ser un sitio muy ciezano de años, los mismos recuerdos de tantos años no se olvidan. Jamás. Es una atroz injusticia!.

Un abrazo Carlos, aquí tienes un amigo.