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Sabado, 20 de Abril del 2024
Tuesday, 21 April 2015

Semana de pasión y recuerdos (parte II)

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Nazareno desfilando en la procesión del Penitente Nazareno desfilando en la procesión del Penitente CLR

CLR/José María Cámara.

El ecuador de la semana llegó cuando la tarde se levantó en alegre caminar, dirigido en su totalidad por los pasos acelerados de los niños y niñas que en un futuro, no muy lejano, quizás, sean los que dirijan el devenir de nuestras procesiones.

Pero antes están llamados a ocupar las filas de los cortejos, las varas de los tronos o las filas de las formaciones musicales que ponen los sonidos de pasión a los minutos que dura el sueño llamado Semana Santa. Esa misma Semana Santa que por unos momentos cambió las solemnes marchas procesionales para dejar paso a los pasodobles que el Maestro Gómez Villa compusiera para nuestras hermandades. Así fue como bajo los acordes de pasodobles como ''Ángel Triunfante'' o ''La Cortesía'' los tercios infantiles de los Dormis, la Samaritana y el Beso de Judas hacían de las calles de Cieza el mejor exponente de los deseos de los más pequeños de nuestra Semana Santa. Que no era otro que llevar su trono y sentirse mayores, por supuesto ante estos deseos nada ni nadie podía interceder .

 

Y fue entre pasodobles, juventud y caramelos como apareció en la calurosa tarde del Miércoles Santo, el Discípulo Amado , aquella imagen que desde los Egios hace que el tiempo se detenga y volvamos a las famosas ''Traídas de los Santos''. Rodeado del tercio infantil de la hermandad, con su imagen pequeña, el imberbe apóstol dirigió sus pasos hacia la Basílica de la Asunción al son de su ciezanísimo himno que el Maestro León le compusiera, y que todos los ciezanos aprendemos desde bien pequeños. Es más yo diría que incluso a la misma vez que aprendemos las primeras palabras como papá o mamá. Quizás es posible que lo aprendamos tan pronto porque desde bien pequeños nos han llevado en el carricoche a ver como San Juan en su trono dorado recorre el paseo de Cieza o como aparece caminando elegantemente por la Calle Hontana. Estampa esta que por muchos años y procesiones que pasen siempre tenemos en nuestra mente como esos inolvidables recuerdos de Semana Santa.

 

Igualmente de inolvidable es sin lugar a la dudas otro traslado que se convierte en eje vertebrador de la tarde del Miércoles Santo en Cieza. Traslado que no requiere de la pompa y circunstancia de otros, pues con la simple presencia de sus hermanos, el pasodoble ''la tuna Pasa'' y la alegría propia de los Magdalenos convierte este traslado en uno de los más bellos momentos de nuestra Semana de Pasión, momento que de nuevo se vivió este Miércoles Santo cuando a las siete de la tarde hizo acto de presencia la imagen de la Santa por la calle Mesones, saludando otro año más a aquellos nazarenos que durante el año nos recuerdan que la Semana Santa nunca se va de nuestras calles y esquinas, que siempre permanece.

 

A paso ''alegre'' -permítanme esta acepción para el paso ordinario- fue como Santa María Magdalena llegó a descansar a la Casa Museo de los Santos , lugar desde el cual partiría en un par de horas para acompañar a la Santísima Virgen de los Dolores en el dolorosa trance de la muerte del Cordero de Dios. Entre un traslado y otro, solo quedan unos minutos antes de que comience la procesión que inicia el ciclo de mayor esplendor de la Semana Santa de Cieza, la Procesión General de Miércoles Santo.

 

Pero antes de que la Samaritana de agua al cofrade sediento de grandes procesiones es momento de reponer fuerzas. Otro año más no faltaron a la mesa del cofrade las típicas habas, el bacalao y de postre las más que consagradas y dulces tortas de pan dormido, auténtico manjar para los días de pasión. Así pues algún andero todavía llegaba con una porción de este manjar a su lugar en la vara, o no pocos espectadores se deleitaban con el mismo mientras veían pasar ante sus ojos la Pasión de Cristo según Cieza. Una pasión, que a un ritmo más lento que otros años, mostro a los propios y extraños la amplia imaginería que atesoran las cofradías ciezanas.

 

En esa noche por antonomasia en el rutero del cofrade ciezano pudimos ver desde la Coronación de Espinas del contemporáneo Romero Zafra hasta la siempre y maravillosa Santísima Virgen de los Dolores del inmortal Gónzalez Moreno, pasando por obras de autores como Sánchez Araciel, Palma Burgos o Bagglietto. Como vemos todas las escuelas de escultura nacional tienen su pequeña muestra en las calles de Cieza durante los siete días de pasión. No solo el arte de la talla, reside en las calles de Cieza durante esa fecha, sino que los más arraigados floritas hacen de los tronos su mejor lienzo, regalándonos arreglos tan artísticos y a la vez elegantes no solo a los cofrades, sino a todas y cada una de las personas que esa noche se sienta en la silla, caja de fruta o simplemente en algún portal para ver pasar ante sus ojos la catequesis de Dios. Destacar el arreglo floral de la imagen del Cristo del Perdón, a base de iris morados que dieron a la imagen un toque distinto pero a la vez magnífico y sobrio. Vaya desde estas líneas mi felicitación a la cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y Virgen del Amor Hermoso, que año tras año se va consolidando como una de las mejores de nuestra Semana Santa, y a Arteflor por la atrevida apuesta floral de esa noche.

 

Sin lugar a dudas la Semana Santa es una tradición pero que debe actualizarse con los tiempos y remar al compás de la sociedad que la mantiene y la fundamenta. Buena nota de esto último ha tomado la Junta de Hermandades Pasionarias, que en una apuesta clarividente por la presencia de la Semana Santa de Cieza en los sistemas Android e IOS ha lanzado la aplicación oficial de la Semana Santa de Cieza, todo un acierto en los días que nos ha tocado vivir, días donde las TICS ya casi son tan importantes como el café mañanero o el caramelo. Bravo por la Junta de Hermandades Pasionarias por su apuesta por llevar la Semana Santa de Cieza a todos los rincones donde un móvil suena minuto tras minuto.

 

Retomando un poco el Miércoles Santo subrayar del mismo los amplios cortejos de nazarenos que dieron a la procesión un mayor lucimiento a la vez que la dotaron de una presencia y un empaque envidiable y dignos de recordar en tiempos venideros. Tiempos en los que esperamos que se consoliden estos factores que hacen de la Semana Santa de Cieza una semana única. Única como la entrada que año tras año nos regala la Cofradía de la Virgen de los Dolores en la noche de Miércoles Santo, entrada que con el paso de los años se convierte en el último suspiro de la noche, pero que mientras que llegue nos deja estampas como el solo de trompeta de '' El Prendimiento'' del Maestro Alcázar alzándose en la noche de Parasceve, mientras el ''faro luminoso'' hace su entrada en la Plaza y deja en las calles de Cieza sus últimos alientos de Redención, Pasión y Amargura. Amargura que minutos más tarde recogería la ''Mater Nostra'', a la vez que una trompeta acunaba en sus notas el dolor más profundo mientras alzaba sus compases para tocar el rostro de la Madre que durante el año es custodiada por las defensoras del Dogma Inmaculista por excelencia en nuestra localidad. Todo acabó cuando sonó una de las revelaciones musicales de la Semana Santa que se nos fue ,''Cirineo '' de Jesús Manuel Martín Prieto. Marcha que cerró con su alarde de musicalidad y sentimiento la puerta de un nuevo Miércoles Santo.

 

Mientras, en la oscuridad de la noche los primeros claveles comenzaban a tejer de amor, cariño y devoción el Manto de Esperanza del Jueves Santo ciezano. Partiendo de que el Jueves Santo es el día de la Esperanza en Cieza, aparte de ser el día del Amor Fraterno en todo el orbe cristiano, es normal que el ambiente lleve otro aroma, y el tiempo se mueva al compás de doce valores y el Silencio que en la noche se rompe. En Jueves Santo la simbiosis de la Esperanza y los actos litúrgicos comienzan a hacer del Casco Antiguo de Cieza un paisaje casi bucólico donde las manolas y los manolos tienen un papel primordial en la configuración del paisaje urbano. Elegancia por doquier que camina al encuentro de la ''Virgen de las Velas'' que otro año más al son del tambor acompasado hace su salida cuando el sol la espera antes de despedirse otro día más.

 

Y es que nadie quiere perderse la procesión que este mismo año cumplía su cuarenta y cinco aniversario, cuarenta y cinco años que comenzaron en de la cámaras superiores del Monasterio de Santa Clara y que hoy podemos vislumbrar cada Jueves Santo cuando los Santos Oficios llegan a su fin y el pueblo sale camino del encuentro de la Mater Dolorosa, Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, dicha imagen este año lucia un manto en tonos claros realizado a base de clavel blanco y amarillo, lo que quizás recupera el sentido primigenio del manto: el hacer con poca variedad de flor una verdadera obra de arte. En la tarde noche del Jueves Santo la ciudad de Cieza quiso volcarse con los ''Hijos de María''otro año más, confiriendo un paisaje donde las miradas, las oraciones y el recogimiento tejían el recorrido procesional. Resaltar de este año el cambio del tradicional gorro en forma de cono por el cada vez más presente en nuestras procesiones, gorro de verduguillo, lo que ofreció a los espectadores una visión totalmente nueva a la que tradicionalmente tenían en su mente , también este año un nuevo elemento se sumaba al más que digno cortejo: cinco militares que conformaron el piquete de artillería que todo el recorrido escoltó a la Madre de las Madres, piquete que imprimió sobriedad al paso de la imagen.

 

Por otro lado es digno de mención de nuevo volvió a ser el paso del palio por la Calle San Sebastián , donde a la altura del Museo de Medina Siyasa a la imagen se le ofrendo una petalada, que ya se ha convertido en una cita fija para aquellos que año tras año buscan guardar en su memoria momentos únicos, momentos únicos que podrían seguir almacenando los cofrades con tan solo dirigir sus pasos hacia la casa del artista Francisco Moreno, donde por segundo año consecutivo un coro alzó sus voces en la noche del Jueves Santo Ciezano, esta vez con una brillante adaptación de la marcha procesional ''Callejuela de la O'' de Paco Lola.

 

Al son de la campana, la cera pisada, y el canto leve de los varales Nuestra Señora de Gracia y Esperanza volvía a su casa, cerrando un cortejo compuesto por casi doscientas personas que con un mismo sentimiento caminaron por las calle de Cieza. Desvaneciéndose con los últimos compases de ''La Madrugá '' de Abel Moreno y el cierre de puertas de la casa de hermandad otro año más el Sueño de la Esperanza, dando paso al Silencio de los Silencios.

 

Silencio que se despertó cuando las campanas de la torre campanario dieron las doce de la noche y el alumbrado municipal dio paso a la luz del cirio y a la que alumbra el alma durante los 365 días. 365 días que el ciezano ha esperado para ver a Cristo muriendo en la noche de las noches, 365 días que el ciezano ha estado esperando verlo llegar por la Calle Larga y romper a llorar al verlo ante las Claras, cuando los cantos corales se alzan en la penumbra de la noche y el reflejo de la muerte se dibuja sobre el entramado de edificios de la cofrade Calle Mesones.

 

Pocas son las personas que se resisten a poner punto y final a la jornada de Jueves Santo sin salir al encuentro de la grandísima obra que D. Juan Gónzalez Moreno tallara en el año 1.941 para deleite de los sentidos y revitalización del alma y de la Fe cristiana. Fe cristiana que sin lugar a dudas esa noche se vería aumentada con las composiciones de Mozart, Bach o Edward Grieg, sin olvidarnos del Maestro Gómez Villa, y que junto con las voces del Coro de Cámara ''Cantate'' fueron poco a poco conduciendo al Señor de la Agonía hasta el interior de las naves basilicales, donde durante todo el año recibe las visitas de aquellos que si van a buscarlo y a postrarse ante sus plantas, como hacen sus hermanos nazarenos cuando el final casi llega y las puertas de la basílica ya se otean en la oscura plaza que espera que el Silencio quede en sus calles hasta que en un año vuelva a alzarse la Saeta y el tañer de la campana anuncie que el Cristo de la Agonía vuelve al encuentro de todos y cada uno de aquellos que lo necesitan.

 

Mientras la noche se iba y el alba llegaba los primeros tambores volvían a resonar en las calles ciezanas anunciando al pueblo que la jornada más larga e intensa de nuestra Semana Santa llegaba por fin. Como siempre el cortejo se inició a las nueve y media de la mañana cuando las primeras túnicas blancas comenzaban a andar por el recorrido procesional, mostrando a Cieza que la de Viernes Santo es una de las mañanas más bonitas del año. Mañana ésta donde pasos como La Caída fueron auténticas obra de arte en la calle, resaltando otro año más la espectacular imagen de los tres crucificados pasando por el Paseo, y la novedad de poder ver al Nazareno en el trono de la Coronación de Espinas, dando un toque distinto a la ya más que tradicional visión del Nazareno en la Procesión del Penitente, pero que quizás es un paso más hacia la pérdida de identidad propia en pro de una Semana Santa con más toques andaluces que autóctonos. Señalar que el punto y final a esta magnífica mañana cambio de lugar, pues esta vez los pasos de la Virgen de los Dolores fueron tras los de su hijo, el Cristo del Consuelo, que como ya es habitual, se recoge en la Basílica de la Asunción. Dejando una bonita estampa para los presentes como fue la de ver el trono y la imagen de la Dolorosa encuadrada en el magnífico imafronte de la basílica a plena luz del día.

 

Con los últimos compases de ''La Orgía Dorada'' la mañana se fue apagando , dando paso al tiempo justo para reponer fuerzas e ir hasta la Calle Calderón de la Barca donde los hermanos Dormis esperaban con ansia la salida de uno de sus pasos insignia'' El Santo Sepulcro'' del Maestro Carrillo. Paso que en tan solo unos minutos por encima de las siete hacia su salida a paso ordinario, como deben hacerse los traslados, y es que los hermanos Dormis conservan ese sabor añejo que le confieren a su traslado año tras año, para gloria y disfrute de los ciezanos que buscan en cualquiera esquina el redoble de tambor que marca la llegada de una nueva procesión.

 

En este caso la procesión era precedida por el guión morado de los Dormis que hacía de faro a la gente para que acudieran a ver a la ''Cama de Cristo '' tal y como el compositor Antonio Salmerón llamó a este conjunto escultórico para su obra musical. Digno de mención ver pasar el cortejo procesional por el margen derecho del Paseo de Cieza, mientras la Atalaya ejerce de observadora privilegiada de la gloria que supone ver caminar el Santo Sepulcro al son de pasodobles tan Dormis como son ''Fidelidad '' o ''Constancia'' del Maestro José Vélez, y en este año sumándole el pasodoble ''La Vara'' compuesto por D. Antonio Salmerón por expreso deseo de una de las varas de los Dormis. Dormis que al son de pasodobles y la algarabía propia de estos traslados tan populares recorrieron calles tan cofrades como Angostos, Cánovas del Castillo o Cartas, donde con el último toque de campana descanso el Sepulcro hasta que de nuevo unas horas más tarde los hermanos Dormi llegaran a ese lugar a recoger a su Señor y ofrecerle al pueblo de Cieza el Cordero de Dios que por nosotros fue sacrificado.

 

Cordero de Dios que cuando el reloj marcó las nueve se hizo presente en las calles de Cieza en la siempre sorprendente talla del valenciano Benedito, imagen que a pesar de los años sigue ganando devotos a su paso por las calles de Cieza. Con el paso de los nazarenos y el sonido de las marchas lentas cada vez la mente se hace más a la idea de que el sueño que esperamos todo el año llega a su final, las notas musicales de maestros como Dorado, Cebrián o Vélez se hacen más lánguidas y sentimentales, y es que en ellas llevan el sentimiento de despedida hasta el próximo año. Despedida que se hacía más palpable cuando hermandades como la del Cristo de la Agonía, Santo Cristo, Dormis o Soledad desviaban su trayectoria para hacer un gesto de hermandad sin parangón hasta la fecha en nuestra localidad, desviar su camino por la Calle Diego Tortosa para rendirle pleitesía a la Madre Desconsolada y rota de Dolor que en su trono de palio espera la visita de sus fieles.

 

Unos le llevan rosas y otros le llevan a Cristo muerto en el Sepulcro de los Dormis.¡ Que bella estampa deja siempre a los presentes el encuentro entre estas dos hermandades!. Es a partir del paso del Sepulcro por la Casa de Hermandad de los Hijos de María cuando los últimos minutos de la Semana Santa solemne suenan en el reloj del cofrade, a la vez que va haciéndose el ambiente oscuro y todo se unifica en el redoble del tambor mortecino que nos indica que Cristo está llegando al Sepulcro donde los Armaos lo custodiarán al igual que han hecho durante toda la noche en una nueva muestra de hermandad. Será en ese mismo Sepulcro donde un Ángel anunciará al mundo que Cristo ha resucitado.

 

Pero antes la voz rota se alzó en la madrugada ciezana e imploró a Dios que sus hijos volvieran a encontrarse otro año más en la noche más solemne del año. Noche que acabaría con la Plaza Mayor repleta de gente acompañando a la Virgen de la Soledad y mostrándole su respeto ante la muerte de El Mesías. Mesías que sería llamado unos instantes después por la Cruz arbórea que llamó a las mismas puertas del Infierno para que Cristo bajara por el Muro a librar de su prisión y de sus dolores a Adán y a Eva. Descenso a los Infiernos en el que todos los ciezanos son participes ante las más que observables muestras de oración, recogimiento, solemnidad y respeto que se muestran a lo largo y ancho del cortejo procesional. Cortejo que se vio enaltecido en la Calle Larga con la situación de unas velas que dieron, si es posible, más espectacularidad al discurrir de la procesión que entorno a las cinco de la mañana acabó su periplo por las calles de Cieza otro año más.

 

Aunque ciertamente el Sábado Santo es un día de reflexión y de espera ante la inminente Resurrección de Cristo los ciezanos no sabemos dejar un día sin procesión y sin salir a la calle con nuestras túnicas y nuestros pasodobles de alegría y juventud. Juventud que en esa tarde se hace la protagonista en las calles de nuestra localidad, juventud que dirige sus pasos hacia la Esquina del Convento, donde al compás de la Cortesía , el vuelo de caramelos y la subida y bajada de tronos los más pequeños se sienten grandes, disfrutando igual que ellos o incluso más mientras sus hombros portan a las imágenes que el ciezano Yuste Navarro, en su mayoría, tallara para asegurar el Relevo de las generaciones presentes y de esta forma dotar a la Semana Santa de Cieza de la alegre presencia de los más jóvenes de la sociedad ciezana.

 

Sociedad ciezana que por otro lado no dudo en salir a la calle y apoyar a los tercios infantiles en una de sus citas más importantes dentro del calendario cofrade de Cieza. Tras La Cortesía las doce imágenes infantiles dirigieron sus pasos hacia la Plaza Mayor, donde fueron obsequiados con un dulce nazareno de chocolate por cortesía de las confiterías las Delicias y la Era.Todo acabó en la Ermita de San Bartolomé donde María ya esperaba el resonar de las campanas anunciando el gozo de la Resurrección....

 

Escribió el Apóstol San Lucas: "¿Por qué buscar entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado" ,esas mismas palabras le dijo el Ángel Triunfante a sus hermanos Dormis cuando al tercer día fueron a su encuentro esperando la calma de cualquier otro día, pero sin embargo esta vez la historia fue distinta y los pasodobles comenzaron a sonar en la mañana más alegre, fue el Ángel el que inicio el cortejo de la alegría inmensa por la Resurrección de Cristo.

 

Resurrección que se escenificó otro año más en la ciezana Esquina del Convento, donde miles de personas esperaban ver aparecer al ''Niño Resucitado'' y encontrarse con su madre ''La Virgen del Amor Hermoso'' que vestida de blanco vivía atónita una nueva amanecida de Resurrección, resurrección de la que sería participe todo el pueblo de Cieza con el vuelo de miles de caramelos que aun hoy hacen de las calles de Cieza un libro de recuerdos y sentimientos, puesto que aún pasadas dos semanas muchas son las personas que al caminar todavía huelen a incienso, a flores frescas y escuchan el redoble del tambor en lento compás y el sonido de la campana del trono que anuncia la llegada de una nueva procesión.

 

Desde estas líneas vaya mi más sincera felicitación a las dieciocho cofradías ciezanas por su lucha en post de las tradiciones y de la Semana Mayor de nuestra localidad, y por supuesto a la Junta de Hermandades Pasionarias de Cieza, por su labor de coordinación y trabajo para que los ciezanos hayamos podido vivir otra Semana Santa más llena de esplendor, elegancia y sentir cofrade.

 

''Aunque la cera sea la única que te recuerde a lo largo de los meses que tu corazón vive esperando latir al compás del redoble del tambor. Debes siempre recordar que en cada esquina, en cada conversación bien al fuego de la mesa de camilla o bien en la terraza de los Valencianos siempre permanecerá presente la Semana Santa de Cieza, por que como ciezano que eres en tu ADN llevas las palabras : SEMANA SANTA DE CIEZA'' .A CIEZA POR SU SEMANA SANTA.

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