Primeramente, cuando una persona decide tener una mascota se está comprometiendo (o debería) a cuidarla y a hacerse cargo de ella. Pero la realidad es bien distinta para algunos animales inocentes.

Existen personas, si es que merecen ser llamadas así, que sólo se compran un perro cachorro para disfrutarlo y presumir de lo bonito y adorable que es durante los primeros meses. Después, cuando ya ha crecido, parecen olvidarse de aquel cachorrito que con tanta ilusión compraron y “se aburren” de él por viejo y ya no tan adorable como antes. Pero lo más triste no es ese “aburrimiento” que no llego muy bien a entender, ya que bajo el pelaje canoso, el perro sigue siendo el mismo perro, antes cachorro, sino lo ruines que pueden llegar a ser algunos dueños al abandonarlos, dejándolos solos en una jaula, tirándolos en medio de una carretera o cualquier otra barbaridad que te puede venir a la mente.

Si, por cualquier razón, no puedes o no quieres seguir teniendo una mascota, no la abandones de estas crueles formas, piensa primero en alguien que podría estar dispuesto a acogerla, recurre a refugios de animales o, en el peor de los casos, llévala a la perrera.

Para finalizar y aprovechando que estamos casi rozando la Navidad, me gustaría lanzar un mensaje a todos los padres y madres que estén pensando en hacer realidad el sueño de sus hij@s de tener una mascota como regalo: si de verdad sois amantes de los animales, no los compréis en una tienda, pues así lo único que estáis haciendo es fomentar el tráfico de animales. ¡Como si acaso fueran objetos!.

Los animales no son juguetes de usar y tirar ni son sólo para Navidad. Son para toda la vida. Son seres vivos como nosotros, con sus sentimientos y todo. Así que no dejemos que el hombre se convierta en el peor amigo del perro; si tienes alguna mascota, quiérela mucho, y si estás pensando en tenerla, siempre piensa primero en la ADOPCIÓN, ya que, como he mencionado al principio, cada día se abandonan miles de mascotas en las calles y muchas de ellas acaban muriendo, por lo que si en vez de comprarle el perrito a tu hij@ este año para Navidad, lo acogieras de la calle, estoy segur@ de que el regalo sería mutuo.