Para empezar: las quemas están prohibidas salvo cuando se realicen contra plagas que afecten a los cultivos, y eso de forma excepcional, utilizando en estos casos procedimientos que no dañen ni el medio ambiente ni la salud de los seres humanos. Así lo ha comunicado el gobierno regional y así lo han publicado todos los medios de comunicación locales. El Ayuntamiento, por su parte, ha pedido aclaraciones sobre la aplicación de esta normativa.
Seguimos. En los últimos días se están dando episodios de quemas contra las heladas que han llegado incluso a sepultar a Cieza bajo un manto asfixiante de humo que dificultaba la visión e incluso la respiración. Un humo que afecta notablemente a las personas, ya bastante tocadas en su salud respiratoria por el repunte de las alergias debido al clima que padecemos. Un humo que se cuela incluso en los hogares y que lo impregna todo.
¿Por qué sufrimos este humo? Pues porque los cultivos que rodean Cieza están amenazados por las heladas que son tan habituales en nuestro clima y que pueden ocurrir hasta poco antes de la llegada del verano. Estas heladas siempre se han dado, pero su efecto se agrava por el cambio de cultivos de variedades tradicionales a variedades ultratempranas para conseguir mayor beneficio. Eso sí, a cambio del peligro de sufrir heladas.
¿Qué se puede hacer para luchar contra estas? Pues las opciones son varias. La primera, plantar variedades más tardías que alejen en el tiempo el peligro de heladas. Sería lo más lógico, pero los agricultores ni la contemplan. La segunda, implementar métodos que reduzcan o anulen el efecto de las heladas. Y aquí surge la polémica. Hay métodos como el cubrimiento con plástico de las explotaciones que requieren una inversión importante pero que son muy eficientes. Aún más cara resulta la utilización de calentadores que se colocan entre las hileras de árboles y que funcionan con combustible. Otro método es el uso de aspersores que rocíen sobre los cultivos agua, la cual al enfriarse desprende calor y protege además a la planta al congelarse. También pueden inundarse los campos de regadío para que el agua los proteja, aunque esto sólo sirve para ciertos cultivos. Incluso para heladas no muy fuertes se pueden utilizar aparatos productores de niebla para evitar los daños por heladas.
En Cieza se utilizan algunos de estos sistemas en algunas explotaciones. Pero todos ellos se caracterizan por la necesidad de realizar una inversión importante, por lo que muchos agricultores optan por la alternativa más barata: quemar balas de paja impregnadas con distintos productos, desde gasóleo a parafina, produciendo así humo y calor. Y contaminación.
Porque este último sistema, que es sin duda el más barato para los agricultores, afecta sin embargo al resto de la población de forma evidente. El humo de las quemas no sólo es molesto, sino también perjudicial y se cuela en cualquier edificio y estancia, incluso en los quirófanos del hospital. Naturalmente en una localidad como Cieza en la que la agricultura es la principal actividad económica no resulta muy popular pedir y exigir el fin de las quemas, por lo que son pocos los que se atreven a hacerlo, incluidos los partidos políticos que gobiernan o han gobernado nuestro Ayuntamiento. Pero hay que entender una cosa: quienes pedimos que no haya más quemas no queremos acabar con nuestra agricultura, sino que esta no perjudique nuestra salud y al medio ambiente. Ya hemos visto que existen otros sistemas, además más efectivos, de luchar contra las heladas. Sabemos que son también más caros que las quemas pero yo al menos creo que no se puede perjudicar la salud de los vecinos y el medio ambiente de Cieza por ahorrarse una inversión en sus explotaciones. Si todos hiciéramos esto en nuestro ámbito de actividad mal nos iría en nuestra vida diaria… a todos.
Resumiendo: por favor, no realicen más quemas. Puede que para ustedes suponga ganar menos dinero, pero para los demás significará una salud mejor y un entorno más limpio.
