Pues en general sí, aunque cada cual dará su opinión según su propia experiencia. La estadística dice que Cieza es un municipio muy tranquilo y muy seguro. De hecho, y dado su tamaño, Cieza es una de las ciudades menos peligrosas de toda España. La criminalidad en Cieza es sensiblemente inferior a la media de la Región de Murcia, y mucho más baja aún que la media española. Por tanto, y al menos en lo que los números nos dicen, Cieza es un municipio seguro.
¿Por qué nuestra ciudad tiene estos bajos índices de criminalidad? En parte debido a la eficaz actuación de las fuerzas de seguridad presentes en la localidad, básicamente la Policía Municipal y la Guardia Civil. La primera, tras sufrir durante años un proceso de desgaste y envejecimiento, es ahora un cuerpo rejuvenecido y más numeroso, así como más profesionalizado, además de muy próximo al ciudadano. La segunda, aunque su ámbito de actuación esté en gran medida en el medio rural y no en el urbano, cumple también con bastante eficacia su labor de lucha contra el crimen. En ambos cuerpos se echa en falta una mayor dotación de medios y personal, pero no se puede negar que el balance final de su actuación para prevenir y combatir el crimen sea bastante positivo.
¿Y qué hay de la Policía Nacional? Pues me temo que este cuerpo de seguridad no volverá a Cieza por muchos años. Hace unos pocos hubo movimientos políticos a nivel local para que esta policía tuviese de nuevo en Cieza una comisaría, que además de mejorar la seguridad general del municipio podría dar servicios a la ciudad que ahora se ofrecen de forma intermitente, como la tramitación o renovación del DNI o el pasaporte. Pero el Ministerio del Interior se negó en redondo, aduciendo que el tamaño de la localidad era insuficiente para tener una comisaría propia. Extraña explicación, ya que hay localidades bastante más pequeñas con comisarías de Policía Nacional.
Otra explicación a la baja criminalidad en Cieza es la pervivencia de fuertes lazos familiares que amortiguan los peores efectos de la crisis económica y la desigualdad social. No es necesario explicar que en tiempos de necesidad la criminalidad, sobre todo la que se centra en la propiedad ajena, se dispara, aunque sea por simple y lisa hambre. Pero si hay una red familiar densa y sólida como la que sigue existiendo en Cieza, esta red actúa como amortiguadora de la desgracia y limadora de los posibles picos de delincuencia que se produzcan.
En fin, Cieza parece segura. Los delitos graves son escasos. Los asesinatos, las violaciones, los atracos, son tan pocos que las pocas veces que se producen dan tema de conversación a los habitantes de la ciudad durante semanas. Pero, ¿eso significa que la gente de Cieza se siente segura?
Cuando se pregunta a la gente de Cieza, la seguridad en su opinión no es tanta. Muchos se quejan de que las calles no son tan seguras como lo fueron antaño. Muchos, sobre todo los de más edad, recuerdan cómo antes las puertas de las casas estaban abiertas y no pasaba nada. Muchos tienen miedo de pasear tarde o de noche, sobre todo en fines de semana, cuando el alcohol y las drogas encienden la violencia en muchos jóvenes y no tan jóvenes. Otros muchos se quejan del vandalismo, éste sí evidente, que sigue campando a sus anchas y destrozando mobiliario urbano y bienes privados.
Se trata en todo caso de una delincuencia que podríamos denominar “de baja intensidad”, que muchas veces bordea el límite entre lo que es delito o falta y lo que no lo es. Una delincuencia en verdad muy difícil de combatir desde el ámbito policial, y cuya solución está más en la prevención a través de la educación que en la represión. Pero una delincuencia que crea entre la población una sensación de temor difuso, de vaga inseguridad, que es el motivo de que mucha gente, cuando le preguntas si cree que Cieza es una ciudad difusa, responda que no, que en su opinión no lo es.
Así que, querida lectora y querido lector, tu opinión es la que cuenta, porque es tu propia experiencia la que sin duda dictará tu respuesta a la pregunta: ¿es Cieza segura?
