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Sabado, 20 de Abril del 2024
Saturday, 24 February 2018

El Viaje (Final) a Ninguna Parte. Prudencio Gómez Cutanda, “La pasión interminable” de escribir

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Portada del libro Portada del libro

CLR/Bartolomé Marcos.

“Secretos inconfesables de una familia burguesa” es el segundo libro, en menos de dos años, del ciezano, internacional y ciudadano del mundo por trayectoria, vocación y talante, Prudencio Gómez Cutanda, “Pruden” para los lectores amigos, que en Cieza somos muchos.

Sorprende este libro por muchas razones, en algunas de las cuales vamos a incidir, como sorprendió- por razones diferentes en gran medida- la primera incursión de “Pruden” en el panorama editorial de la literatura en español, con la exitosa publicación de su primer libro, de corte autobiográfico, rápidamente agotado, hace ahora poco más de dos años, y para el que no sería disparatado pensar ya en una reedición, pues que agotado está, libro que yo mismo califiqué, tras concederme el honor de presentarlo, como “la novela empujón”, por la fuerza vital irrefrenable que parecía irradiar y por la necesidad que traslucía de “ajustar cuentas con la vida”.

 

A Pruden le ha salido esta vez una auténtica novela, qué digo una novela…un best seller, una novela internacional, tipo Carlos Ruiz Zafón o Dan Brown, quizá con mayor explicitud sexual y –paradójicamente- algo más de moralina, porque el autor sigue siendo Pruden y literariamente también hace honor a su nombre, no se me vayan a asustar.

 

Demuestra aquí una vez más Gómez Cutanda, el hombre de las palabras en tropel, ser dominador absoluto de un universo novelesco complejo, en el que ha cambiado la primera persona de su autobiografía de hace dos años, por la tercera del narrador omnisciente de esta novela peculiar y, sin embargo, clásica, que ahora ofrece a sus lectores, que es de suponer que la acogerán con el mismo entusiasmo dispensado a la primera, que, literalmente, se la quitaron de las manos tras su presentación a mediados de Diciembre de 2015.

 

Ya por entonces decíamos que los escritores escriben lo que escriben, a impulsos casi siempre de sus propias experiencias vitales, es decir, de lo que han vivido, o de sus experiencias literarias, es decir, de lo que han leído, de lo que han vivido en sus lecturas. En aquella primera novela empujón de cuyo fuerte impulso inercial también es hija ésta en considerable medida (es decir, en parecidos y en diferencias), les comentaba yo que (dada la naturaleza autobiográfica de la obra) era evidente que primaban las propias experiencias personales y vitales, que dotaban a aquel primer libro de una indudable verdad humana, uno de sus mayores y mejores capitales.

 

En “Secretos inconfesables de una familia burguesa” nos encontramos ante una novela de corte y ambición universales, donde prima más lo mucho que su autor ha leído, en particular sobre literatura erótica, ya que bien podría decir Cervantes de esta obra lo que dejara dicho de “La Celestina”, con aquello de “libro a su entender divino si encubriera más lo humano”, opinión que probablemente compartirán bastantes compañeros y compañeras de viaje vital de Pruden, ateniéndonos a los muchos, y bien pormenorizados y explícitos pasajes de contenido sexual, que salpican, o salpimentan, mejor, la novela, ya que el protagonista, el joven y bien dotado murciano Héctor, acaba “pasándose por la piedra” (con más o menos justificaciones bien pensadas y mejor pensantes), a prácticamente todos los miembros de la familia burguesa parisina (el cabeza de familia es un abogado de prestigio bien instalado) para la que entra a trabajar cuando se ve obligado a emigrar a Francia tras la muerte de su padre, con el objetivo de intentar redondear los ingresos familiares, de manera que le permitan atender las necesidades sanitarias de su hermanita menor, que sufre una grave dolencia en los pies. No es una concesión de Pruden al mal gusto, o a planteamientos vulgares y facilones que enganchen más y mejor a los lectores. La sexualidad es un componente esencial de la vida y en todos los casos el sexo, que lo hay, y mucho, está tratado en su novela con explicitud, sí, pero también con sabiduría, contención, prudencia y decoro.

 

Con el problema de su hermana pequeña ya tenemos el conflicto, que desencadena el viaje, la emigración a Francia y toda la dramática e intensa peripecia posterior. El héroe (que además tiene nombre de tal, Héctor), acabará alcanzando todas sus metas, no sin considerables problemas y dificultades, como debe ser, que pasan por una trama policíaca internacional de infame tráfico de menores y dolorosos daños colaterales en algunas relaciones que de verdad le importan a Héctor, como la que mantiene con Ana, el amor de su vida, otra joven española igualmente al servicio de la acomodada y finalmente bastante desgraciada familia burguesa de marras. Las “hazañas” eróticas de este murciano son muchas y comienzan por Alice, la esposa del abogado que lo contrata. Siguen con Christine, la adorable y noble, pero bastante desorientada y perdida hija del abogado. Continúan después con Luc, el hijo del abogado, que se debate en una crisis de identidad sexual a la que un tanto ignominiosamente, arrastra a Héctor. Y terminan con Ana, la joven empleada española de Monsieur Rouger, como antes decía el amor de su vida para Héctor – un amor consumado, sí, pero ¿imposible en el fondo?.

 

No penséis que estoy haciendo “fakes”, como ahora suele decirse con la moda de las series y que estoy descubriendo la intriga avant la lettre, es decir, antes de leer la novela. No, porque sigue intacta la esencia de la lectura, que es recrearse en la ralentización narrativa, en el diseño de los personajes, en la descripción de ambientes, en las jugosas, tórridas y vibrantes escenas sexuales, en la intensa y dramática trama policial internacional, en la ciudad de París, siempre un referente en una obra de Pruden porque forma parte consustancial de su vida misma, en la presentación de los personajes, que tienen lógica interna, fuerza y (lo diré una vez más) verdad humanas.

 

En “Secretos inconfesables de una familia burguesa” hay un culpable principal: Monsieur Rouger, el padre, y es curioso que un culpable principal idéntico había en la primera obra de Prudencio Gómez Cutanda, su Autobiografía. Característica también esencial de este relato, la gran capacidad de fabulación que demuestra el autor para imaginar lances, situaciones y peripecias hasta llevarnos (después de más de cuatrocientas páginas) a un impactante final cargado de emocional suspenso, con la reunión de los principales protagonistas de la trama para decirse las verdades del barquero, que yo no les voy a contar aquí y ahora para no desvelarles (mejor, lean la obra) más entresijos de una novela de la que les resultará cuando menos muy entretenido disfrutar.

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