Después vendrán las municipales y autonómicas, y las europeas, del domingo, 26 de Mayo, también con sus correspondientes mensajes, en una desatinada y carísima verbena de la cíclica y recurrente ceremonia del lenguaraz y vacío comecocos, porque en el fondo ninguno dice lo que de verdad piensa y/o siente. Pero, bueno, con algo hay que entretenerse y de todo tiene que haber en la viña del señor (feudal). Tenían que haberse programado en un solo día todas juntas. Pero no, al final, programa doble: ¡Qué divertido!
Uno de estos días pasados, a la altura del colegio de la Era-San Bartolomé, en el Paseo de Ronda, me paré un momento a mirar los carteles allí pegados sobre un panel destinado precisamente a la propaganda electoral. Sorprendentemente, pude comprobar que estaban intactos y que la proverbial propensión gamberra ciezana aún no se había ejercitado en la tarea de arrancar y destrozar la colorista y colorida mensajería. Bueno, en realidad no era exactamente así. De las cinco opciones con más posibilidades, PSOE, PP, C´s (Ciudadanos), Unidas Podemos (¿sólo ellas?), y Vox, habían desaparecido todos los carteles de Ciudadanos, pero aparentemente los habían despegado a conciencia, dejando la parte del panel que antes ocupaban impoluta y limpia, como queriendo anular radicalmente su existencia, y no quedaban jirones ni restos de ninguna clase del estropicio por el suelo, como si nunca nadie los hubiera pegado. Y sé que estaban, porque el día anterior, aunque no me paré a mirarlos, vi que estaban allí. Y es que no acaba de entender uno el juego oprobioso y sucio que se llevan algunos que en estos tiempos tan democráticos, sólo parecen buscar silenciar a otros, algo significativamente más clamoroso aún en regiones como el País Vasco o Cataluña, donde la dictadura de los sedicentes (y excluyentes) demócratas otorga patentes de corso de democracia para sí mismos y para negársela a los demás, imponiendo de hecho una despreciable y repugnante dictadura y coacción intolerable, que hay que sufrir en silencio no se sabe cuánto ni hasta cuándo.
Me entretuve unos minutos frente a los carteles, viendo las fotografías de los candidatos y repasando los respectivos eslóganes. Los del P.P., en tonos azulados, reproducían fotografías de Pablo Casado, presidente del partido y su candidato a la Moncloa, y de Teodoro García Egea, secretario general del P.P. y ciezano, muy joven todavía, que con seguridad llegará más pronto que tarde, como mínimo, a ministro. El eslogan elegido, Valor Seguro, dos palabras con connotaciones evidentes con el lenguaje económico, bancario, garantista, y vinculables, desde la óptica de su eficacia posible en la contienda electoral, con la necesidad de amplios sectores de la población de encontrar asideros consistentes a la hora de optar por una alternativa colectiva de futuro, o una tabla de salvación ante el naufragio, como hacemos los ciezanos con el Santo Cristo del Consuelo –prenda segura de salvación (sic)- ante situaciones angustiosas y desesperadas. Ya he dicho que la parcela de Ciudadanos en el panel estaba vacía, pero conocía el lema: un imperativo ¡vamos!, como urgiendo a la ciudadanía a levantarse del sofá, sacudirse la pereza o la indolencia y dar la respuesta necesaria ante una situación de emergencia. Demasiado escueto, porque predisponía a darle una contestación incluso desabrida del tipo de “no quiero” o “no me da la gana”, o, simplemente, un más o menos escéptico “¿a dónde?”, o sea, QuoVadis Ciudadanos? Unidas (¿sólo ellas?) Podemos tenía el eslogan más largo: “la historia la escribes tú”. Ya…y empiezas tú por escribírnosla, ¿verdad? Por su parte, Vox, el partido político novedad, es el único que concurre con un eslogan que incluye la palabra “España” y que casi se limita a ella: ¡Por España!, como una especie de carpetovetónico “Santiago y cierra España”, que no sabemos a dónde les llevará pero que al menos menciona por su nombre el territorio que aspiran a gobernar. Por último, el más enigmático, el más retórico, el más romántico, si nos atenemos al testimonio de la ínclita “portavoza” del gobierno y ministra de Educación Isabel Celáa, que vinculaba la frasecita con la película Titanic, pero que yo la he encontrado muy parecida al eslogan de la compañía china Huawey que en inglés dice algo así como “make it possible” y que traducido al castellano vendría a ser algo así como “hazlo posible” o “haz que pase”, eslogan del PSOE para unas elecciones en las que todos los augurios y más aún interesadísimos augures como Tezanos, lo presentan como caballo ganador, y eslogan que a la ministra “portavoza” – “es muy bonito, es de Titanic”- declaró cual cándida adolescente en la presentación del eslogan- pero que a mí me parece, aparte de copiado (sic), empalagoso, ambiguo y quizá hasta contraproducente. Lo primero que se me ocurrió cuando vi la frase superpuesta sobre el rostro del okupa fue algo así como “Haz que pase… pronto este cáliz”. Desde luego, si este invento le sale bien al PSOE, que todos los pronósticos dicen que sí, es que somos un país de culebrón…turco, que lo somos, y si no, pregúntenle si lo somos a Mediaset, Telecinco o Divinity.
