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Miércoles, 24 de Abril del 2024
Sunday, 27 April 2014

Crónica de la Semana Santa 2014 parte I

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El Cristo de la Sangre antes de su entrada en la Basílica de la Asunción El Cristo de la Sangre antes de su entrada en la Basílica de la Asunción CLR

CLR/José María Cámara.

Aún al recorrer las calles de Cieza nuestros pies caminan sobre la alfombra de cera que los penitentes dejaron hace apenas una semana, todavía nuestra mente no escapa del lento y acompasado redoble del tambor ni del toque de la campana que nos indicaba que una nueva imagen vendría a nuestros ojos. Por mucho que nos neguemos todo ha acabado otro año más. Pero para acabar algún día tuvo que empezar y ese día fue Viernes de Dolores a media tarde….

Era una tarde soleada pero con temores de lluvia y frío y aun así todo se dispuso como de costumbre, sobre las cinco de la tarde las manolicas y los manolicos ya estaban correteando por la Calle Cánovas del Castillo y un apresurado caminar de gentes indicaba que de nuevo Cieza seria testigo de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, verdadero y único motivo de nuestra y de todas las Semanas Santas.

 

Sobre las cinco y media una tormenta acabó con las esperanzas de todos los que esperaban ver de nuevo a la Virgen de la Estrella por las calles de Cieza, pero no fue la lluvia el final, sino que rápidamente se organizó dentro de la Basílica un pequeño desfile procesional, donde el trono de palio con la Virgen de la Estrella recorrió las naves del templo parroquial, todo esto mientras los primeros acordes de pasión se entremezclaban con el viento fresco de una nueva semana de pasión. Tras casi una hora de procesión el trono fue llevado a la Calle del Cid donde entraría en el bajo de la Junta de Hermandades Pasionarias a los sones de Caridad del Guadalquivir. Y como un río todo el mundo dirigió sus pasos hacia la Esquina del Convento donde sobre las ocho y a los sones de una sentida ORACIÓN interpretada por la Agrupación Musical Dulce Consuelo hacía su salida el Cristo de Medinaceli por el pórtico principal del Convento de San Joaquín y San Pascual y con esta salida daba inicio el último vía crucis de este año, vía crucis que nos recordó que aunque Jesús no salga a la calle en procesión, ÉL esta esperándonos en su hornacina o en el sagrario de cada parroquia o templo.

 

Mientras que discurría el Vía Crucis por las calles más añejas de nuestra villa a lo lejos ya se empezaban a escuchar los primeros sones de pasión, la Agrupación Musical Averroes de la OJE y la Agrupación Musical Medina Siyasa se dirigían en militar pasacalles hacia el punto culmen de la jornada, el Convento de San Joaquín y San Pascual, de nuevo esta edificación se convertiría en el centro de uno de los momentos más esperados de la Semana Santa de Cieza…. Eran las diez de la noche cuando el pueblo de nuevo volvió a donde siempre vuelve, volvió a la fuente de la cual brota el agua de la pasión, volvió a donde se le esperaba y volvió como siempre a salir la Santísima Virgen de los Dolores cuando el reloj acaricio las diez de la noche en sublime señal de que ya nos había entregado lo mejor de sí, su anuncio de pasión y su más importante toque de hora, el de las diez de la noche de un nuevo Viernes de Dolores en Cieza.

 

La estampa regresó como si hubiéramos pasado un año sentados ante la puerta esperando que saliera la ‘’Mater Dolorosa’’ por la puerta del Convento, en parte cierto es pues muchas son las personas que no físicamente, pero si mentalmente han esperando que llegara esa hora, la hora en que las puertas del Convento volverían a dejar paso a los nazarenos del rojo pasión, los de la Dolorosa . De nuevo y tras presentarle a María su hijo hecho preso, coronado de espinas y con su escapulario en el pecho el cortejo caminó por las calles más céntricas del pueblo hasta la que sería morada de la Virgen de los Dolores durante el periodo pasional, la Basílica de la Asunción, durante el trascurso del traslado ya pudimos observar alguna pincelada de lo que la Semana Santa nos depararía, tiempo estupendo, el pueblo con su semana santa y los cortejos de nazarenos perfectamente ordenados y bien nutridos. Mientras que el olor a incienso inundaba las calles de Cieza, la Virgen de los Dolores caminaba lentamente por el recorrido, quizás con sus manos entreabiertas no nos entregaba sino su mejor regalo, una nueva semana santa, pues para muchos este traslado se ha convertido oficiosamente en la puerta que abre nuestra propia Jerusalén.

 

Al filo de la media noche llegaba a la Plaza del Ayuntamiento la talla de Juan González Moreno mientras la Agrupación Musical Averroes de la OJE interpretaba A ti Manué, era imposible ver un solo adoquín en el suelo pero mucha gente quizás con un fin cambiado, quizás con un objetivo que no era ver a la Virgen de los Dolores. Tras sonar los últimos compases de las liras la Virgen de los Dolores entraba en la Basílica de la Asunción –media hora después de haber llegado-poniendo fin a la solemne apertura de las puertas de una nueva semana de pasión.

 

Y se fueron las bandas y llegó la oración a la plaza .… Desde el interior de la Basílica se acercó a sus fieles la talla del Cristo de la Misericordia , iniciando así su solemne traslado, un traslado que cada año cala más entre el pueblo de Cieza, a pesar de la hora, traslado atípico por el recorrido y la idea, pues no recordemos que el Cristo llevado a hombros y con el único trono de su cruz visita el barrio antiguo de Cieza, es decir pasa por calles como Cabezo, Nueva, Esquina del Cantón etc… el traslado acabó al filo de las dos de la madrugada cuando Jesús se elevó al cielo de la Cochera de los Santos para ser situado junto a aquel romano que una lanza le clavó para quedarse siempre junto a él en su trono de oro y acompañarlo en la mañana del viernes santo. Con unas palabras de agradecimiento del presidente de la Cofradía de la Samaritana acabó el traslado, un traslado que invita a la reflexión, la oración y por supuesto a la Misericordia.

 

El Sábado de Pasión nos dejó el primer disgusto de la Semana Santa 2014, disgusto transformado en ese líquido que ni en pintura queremos ver en semana santa, el agua, un agua que dolió doblemente pues muchas personas esperaban ver un traslado que el año anterior dejó al nazareno de las aceras con un gran sabor de boca, sobre todo por el cinematográfico encuentro entre el Cristo del Perdón y su Madre, un traslado que se presumía amplio y bien organizado, pero hasta tres fueron las veces que desde el ambón del convento se elevaron las voces para anunciar el retraso de la procesión que definitivamente y sobre las once menos cuarto quedó relegado a la Semana Santa 2015, pero entre tanta desolación un consuelo quedó y es el de la nueva imagen que en aquella tarde quedó instaurada en la memoria colectiva del ciezano y de los niños de la Cofradía del Cristo del Perdón, imagen de la Virgen María y que lleva la advocación del Amor Hermoso, la misma ha sido realizada por D. Pedro Sánchez para el tercio infantil de la cofradía nombrada anteriormente, talla que pasaría en unos días a formar parte del cortejo que los tercios infantiles conforman en la tarde del Sábado Santo o Sábado de Gloria. Resaltar que a pesar de no haber salido el traslado dentro del Convento se pudo ver una gran cantidad de niños dispuesto para salir en la procesión, lo que hace ver que es una cofradía que está en constante crecimiento y abriendo sus líneas a la juventud, importante componente de la semana santa.

 

El agua del Sábado de Pasión dejó paso al ‘’ aire de abril bañado en sol’’ tal y como reza el Himno de los Dormis y así comenzó la mañana de la entrada de Jesús en Cieza. Sobre las once de la mañana y en la casa Dormi los acordes del pasodoble la hermandad anunciaban que Jesús ya salía a lomos de un pollino y como siempre y como manda la tradición las dieciocho hermandades que componen la Junta de Hermandades Pasionarias volvieron a tejer un tapiz multicolor con sus túnicas. Así mismo las calles volvieron a llenarse de palmas y olivos mientras que Jesús caminaba por Cieza augurio de un final entre cuatro ángeles. Mañana espléndida la que el tiempo nos deparó y un cortejo que cada año se luce y se disfruta más, pues en Cieza como en ningún otro lado los anderos saben hacer caminar a Dios como se merece.

 

Cuando el reloj de la Basílica marcaba las dos de la tarde la ‘’Burrica’’ entraba en su cochera y nos emplazaba a la cumbre airosa… Y es que en la cumbre airosa es donde reside el Consuelo del ciezano, la Fe del pueblo, la devoción de las gentes y el faro luminoso ,y en aquella tarde más, pues estrenaba nuevo altar de Rey, estrenaba cruz dorada realizada por D.Javier Bernal sería en esa cruz en la cual iría clavado de regreso a su pueblo, pueblo que un año más lo esperó con muchísima ilusión y ganas, y es que doy por seguro que si al ciezano le preguntas ¿Quién es Dios? No te duda ni te tiembla, él te responde con fuerza y determinación: el Cristo del Consuelo. Niños, jóvenes, no tan jóvenes y mayores se acumularon a lo largo del recorrido procesional haciendo de calles como Cadenas o Camino de Madrid un auténtico cielo de Fe y Consuelo, la sagrada imagen avanzó entre miles de miradas y así regresó de nuevo a la Basílica de la Asunción para estar más cerca de su pueblo y de aquellas personas que van a rogarle , pedirle compañía o simplemente un poco de consuelo en el atardecer de sus vidas .

 

Lunes catorce de abril de dos mil catorce fecha que sin miedo al error quedará para la posteridad, fecha que pasó a engrosar la lista de las grandes efemérides de la Semana Santa de Cieza y de su Junta de Hermandades Pasionarias. Era Lunes Santo pero era distinto, era el Lunes Santo del Centenario y como en un retroceso en el tiempo bien podríamos creernos en pleno barroco, cuando las imágenes eran medio de trasmisión de la FE e iconos de la devoción popular, pero no, era Cieza año 2014. Aquella tarde de una forma brillante se dispusieron a lo largo del recorrido procesional 14 tallas procesionales , algunas de la envergadura de la Coronación de Espinas de Romero Zafra en la calle San Sebastián, El Cristo de la Agonía de González Moreno en la entrada del Monasterio de Santa Clara o un portentoso e increíble calvario formado por la Dolorosa de Juan González Moreno, San Juan con su elenco de escultores y la obra más reciente de la semana santa, El Cristo de la Expiración de Antonio Jesús Yuste Navarro, todas estas situadas en la calle Barco, sin lugar a dudas esta idea permitió que las imágenes se acercaran al pueblo dejando a muchas personas impactadas ante la belleza de las mismas, en esta tarde las tallas más que nunca fueron transmisoras de Fe, llegando a escucharse frases como:¡ qué calvario tuvo que pasar Cristo! Y es que el pueblo se concienció de lo especial y único de tal evento, respondiendo con su presencia a lo largo y ancho de las estaciones en las cuales una imagen o varias hacían de catequesis en la calle pero a pesar de lo extraordinario todo fue como siempre, como nosotros lo esperábamos.

 

Al filo de las nueve y media de la noche y al compás de Soledad Franciscana aparecía la portentosa talla del Cristo de la Sangre por el pórtico principal de la Basílica de la Asunción, todo era como siempre un cortejo elegante y sobrio y un procesionar digno de mención, pero este año sin embargo alguien faltaba y cuando sonó Al Señor de Sevilla muchos al cielo miramos recordando a quien se fue al balcón de la gloria a presenciar su querida semana santa. De nuevo el cortejo contó con los hermanos del Paso Encarnado de Lorca y la Asociación Musical Ciezana, la cual demostró que la calidad no está unida al número de músicos de una formación, dejando de nuevo al pueblo atónito con las magnificas interpretaciones de marchas procesionales como Mi Amargura, Mayor Dolor o La Madrugá, marchas acentuadas aun más si cabe con la presencia de timbales en la formación musical , destacar también el paso del Cristo de la Sangre por lugares donde otros crucificados lo esperaban, pudiéndose observar la diferencia de escuelas escultóricas con las que nuestra semana santa se nutre y la gran calidad de todas y cada una de las imágenes expuestas.

 

Todo acabó donde empezó, donde Jesús como en un sueño pudo ver su destino, su resurrección al tercer día y su mismo retrato forjado de las manos de un ciezano insigne el Maestro Carrillo, con los acordes de las últimas piezas procesionales sobrevolando aún en el ambiente, la emoción, la alegría y la efusividad se hicieron presentes en las caras y en las palabras de los hermanos de la Sangre y del publico que desde dentro quiso ver como de nuevo como cada año el Cristo de la Sangre dio una lección de majestuosidad, arte y devoción. Sin devoción por supuesto la Junta de Hermandades Pasionarias no llevaría a cabo esa gran labor que es la de coordinar todas y cada una de las procesiones, devoción por su semana santa y sus dieciocho cofradías, devoción reconocida por parte de la primera institución ciezana, el Ayuntamiento, el cual hizo entrega a las dieciocho cofradías del escudo de oro de la ciudad , esperando ojalá que dicho escudo refuerce el compromiso del ayuntamiento con la fiesta mayor de nuestra localidad, su semana santa, la Semana Santa del pueblo y para el pueblo, como decía D. Alberto Castillo.

 

El escudo de oro fue antesala de una de las noches marcadas en rojo en el calendario del ciezano, procesionista o no, y es que los ciezanos saben valorar la grandiosidad del acto del Prendimiento, grandiosidad refrendada cada año por la magnífica puesta en escena y el gran diálogo de los narradores del acto, pero cierto es, y a pesar de su reciente inserción que ya no concebimos el Prendimiento sin el paso acompasado de las imágenes por delante de la fachada principal de la Basílica, llevando al espectador incluso a los momentos de la pasión de Cristo. Mención aparte al sermón de D. Antonio el cual vertebró el discurso en dos personas que han supuesto mucho para la Semana Santa de Cieza, Dña. Ana María Ruiz Lucas y D. Rafael Salmerón Pinar, personas que sin lugar a dudas tienen el reconocimiento pleno de los cofrades de Cieza. La plaza se apagó y todo quedo a oscuras, era Getsemaní, era el momento en el que Jesús sería prendido por el Tercio Romano del Santo Sepulcro el cual hizo su entrada a la plaza desde el Callejón de la Hoz, siendo el momento culmen de la noche la salida por la puerta principal de la Basílica de la imponente talla de Pinazo, Nuestro Padre Jesús Nazareno, tras acabar el Prendimiento y a redoble rápido de tambor tenía lugar la llegada del Nazareno a la procesión, procesión que de nuevo volvió a contar con amplios cortejos de nazarenos y un masivo acompañamiento del pueblo de Cieza , cortejo que sin lugar a dudas necesita de más pasos ya que solo son cuatro grupos escultóricos los que conforman la procesión: Santa Cena, Oración en el Huerto, El Prendimiento , Nazareno y Tercio Romano, nada comparado con los cortejos que vendrían en días sucesivos.

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