Víctor venía a decir algo así como que en los pueblos tenemos un sentido de unidad muy por encima de las grandes ciudades. El, de un pueblo pequeño del Pirineo, resaltaba como en su pueblo todo el mundo se saluda cuando se ve por la calle, en contraposición a las grandes ciudades, donde la gente va con prisa y apenas se detiene para hacer algo que no esté dentro de su círculo laboral.

Su discurso, y más concretamente lo citado anteriormente, me han hecho valorar la importancia que tiene para los ciezanos encontrarse a alguien que es de tu mismo pueblo. Yo ayer mismo paseaba por Murcia y me encontré con Juan Carlos, ilustre panadero ciezano, y frente a él me planté a saludarlo hasta que me reconoció. Después vino la conversación protocolaria, ustedes imagínense.

El ciezano es ese tipo de persona que vaya donde vaya siempre vuelve de vacaciones y te dice:

-Nene, ¿A que no sabes a quien he visto en tal lado? A este, si, ese que es hijo de tal que vive en tal lado.

Los ciezanos somos como una plaga, pero una plaga buena, estamos en todos lados. Vayas donde vayas encontrarás un ciezano, pero es que además de esto, ni cortos ni perezosos, no dudamos en saludar al paisano que nos hemos encontrado. No dudamos en hacer honor de nuestra condición de ciezano y pararnos un ratico a hablar con nuestro vecino. Hay casos en los que las conversaciones derivan en una quedada posterior, y ya sabemos qué pasa si un ciezano se sienta y le ponen una cerveza delante.

La cuestión es que somos como esos guerreros que antes de entrar en combate se aporreaban el pecho para transmitir miedo al enemigo. Nosotros, que no entramos en batalla, sí que tenemos siempre un afán de hacernos ver, notar y sentir allá por donde vamos. Somos únicos en llamar la atención y por eso nos da igual donde estemos, la cuestión es que si nos encontramos a un paisano no dudamos en saludarlo, o contarle a nuestro acompañante que ese, si ese que ves a unos metros de ti, es también de Cieza. Hay ocasiones, posiblemente, en la que tu acompañante te mira pasmado y te dice: ¡Sois una plaga, estáis en todos lados! Ante lo que tú, obviamente, debes asentir porque sabes que es verdad. Sabes que ciezanos somos muchos, y que conocernos, nos conocemos casi todos, aunque solo sea de vista. Es justo reconocer que, cuando reconoces a tu paisano, te inflas como un pavo; estés donde estés. Pero es que para nosotros es un orgullo tremendo estar en cualquier lado y ver cerca de ti a un paisano, ese paisano te recuerda que eres ciezano, que vives en la ciudad más bonita del mundo, y encima, sabes qué, ese al que tienes frente a ti, también le emociona ver la Atalaya al regresar de un viaje, le emociona escuchar el redoble del tambor, se le hace la boca agua al comer un melocotón y le encanta bañarse en el Segura cuando el calor aprieta en los meses de verano.

Hace un tiempo nuestro alcalde, D. Pascual Lucas, decía en una entrevista: ‘’FLORACIÓN ha elevado muchísimo la autoestima de la gente’’. Y yo añado: Y si tienes duda de esto encuéntrate uno en cualquier ciudad del mundo. A ver qué pasa.

Os espero en quince días. Mientras sigo observando la vida.