Calle Cartas, Calle Larga y a mitad, casi desapercibido cobra vida un callejón donde el joven escultor ciezano plasmó, lo que años después sería más que evidente, una maestría con la gubia fuera de toda duda y unos dotes creativos indudables. Yuste Navarro recuperó para Cieza el misterio de las Antífonas de la O, y junto con la gubia, siempre recordada, del maestro Carrillo sumó la tercera imagen mariana en apenas dos calles. Dolores, O y Ánimas, tres advocaciones en el corazón del Casco Antiguo de Cieza. Las tres muy vinculadas con la Inmaculada Concepción.
En la calma del viejo casco antiguo, el entorno anima a detenerse y pensar en tiempos donde el centro no era allende del Convento de San Joaquín, sino el centro era el corazón de la Basílica de la Asunción. Casas señoriales, hombres vestidos con largas capas, caballos galopando suavemente, hombres de negocios entraban en la villa y por la Calle Cadenas de esta se despedían, las clarisas frente a los mesones daban forma a una devoción, que junto con el Convento de San Joaquín , inculcaron a los ciezanos casi desde su fundación allá por el S.XVII.
El Monasterio de la Inmaculada Concepción, conocido popularmente por las Claras, es el más claro ejemplo de la importancia que el Dogma de la Inmaculada tuvo entre los ciezanos, sino piensen cuantas personas de su vida tienen por nombre el de Inmaculada, seguro que alguna amiga tienen.
No solo las clarisas, con su trabajo monacal, han cuidado la devoción por la Inmaculada. El Ayuntamiento de Cieza y la Cofradía de Ánimas regalaron, y recuperaron, para los ciezanos dos señas de identidad de esta localidad como fueron la primera patrona, según algún que otro trabajo de investigación, Santa María de la O. Desde la Calle Cartas el acceder a la Calle Larga por el Callejón de la Virgencica se convierte en una loa constante al arte y al Dogma de la Inmaculada, y es que, nada mas entrar te encuentras con la imagen citada anteriormente, y tras pasar por debajo de ellas alzas la mirada y te encuentras a Santísima de Ánimas. Una obra con reminiscencias inmaculistas. En esta imagen encontramos las Benditas Ánimas del Purgatorio pidiendo auxilio a María, mientras que Cristo con la Cruz traspasa al demonio, alegoría del Pecado Original, elemento este último muy presente en la representación del Dogma de la Purísima Concepción, y por supuesto, María aparece coronada con un halo de doce estrellas tal y como San Juan refleja en sus visiones apocalípticas. Por si alguien tiene dudas de la relación de esta talla con el Dogma proclamado por el Papa Pio IX solo tiene que leer la placa que se encuentra a los pies de la talla. Dice lo siguiente:
‘’En la clausura de la celebración del CL aniversario de la proclamación
del dogma de la Inmaculada Concepción de María’.
Cieza, 8-XII-2005.Cofradía de Ánimas ’’
Como han podido observar a lo largo del artículo la Festividad de la Inmaculada Concepción tiene en Cieza un verdadero significado, tanto por la presencia de imágenes que nos recuerdan este dogma, así como la situación de dos templos en los que la Inmaculada ha sido verdadera devoción de los hermanos y hermanas que en el habitaban, y habitan en el caso del Monasterio de la Inmaculada.
Pregones fastuosos, altares donde la Inmaculada era la principal devoción, templos dedicados a este dogma e imágenes en hornacinas dispuestas a pie de calle. Cieza siempre fue Inmaculista, y creyó en el dogma que Pio IX proclamó en Roma.
Os espero en quince días, mientras sigo observando la vida.
