Ecologistas en Acción ha criticado la autorización y celebración de una montería el pasado 9 de enero en la finca "El Romeral", un coto propiedad del ayuntamiento de Cieza, y en la que se abatieron cerca de 50 jabalíes, 11 ciervos y 1 arruí. En el caso de los ciervos, explican, la situación es grave, pues a los 11 ejemplares abatidos durante la montería, hay que sumar un elevado número de ejemplares que son abatidos a lo largo del año mediante aguardos, e incluso por la acción de furtivos. Una presión que –explican- está poniendo en riesgo la existencia de la población de ciervos de la zona. Una especie que, recuerdan, llegó a estar declarada "extinguida" en la región de Murcia hace pocos años, por lo que lamentan la ligereza y negligencia del ayuntamiento de Cieza y de la Comunidad Autónoma al autorizar esta batida.
Por otro lado, critican que la montería se ha autorizado sin tener datos del estado real de la población de ciervos y resto de especies que se han cazado, y sin que exista un plan de aprovechamiento cinegético del coto, tal como establece la Ley regional de caza. Esto supone, en la práctica, "que las administraciones, lejos estar actuando para controlar posibles excesos de población, tal como afirma el concejal de Montes del ayuntamiento de Cieza, lo que realmente hacen es autorizar monterías recreativas en la que sólo se busca obtener trofeos, en lugar de promover el conocimiento y la conservación de las especies que habitan nuestros montes".
Desde Ecologistas en Acción destacan el importante papel que el ciervo, como gran herbívoro, desempeña en la gestión de la biomasa forestal para combatir y prevenir el fuego en nuestros montes, entre otros aspectos. Una función en la que –explican- el ciervo es clave porque se sitúa en zonas llanas y pies de monte, a diferencia de lo que ocurre con el arruí o la cabra.
Finalmente, y en relación a los daños en cultivos que se esgrimen, la organización ecologista apunta que no se ha justificado debidamente su existencia en ningún momento. Pero aunque así fuera –añaden- matar ciervos no es la única forma, ni la más sensata, de abordar la situación y compatibilizar la existencia y conservación del ciervo con la actividad agrícola.