Varias asociaciones y entidades de carácter medioambiental y cultural han aprovechado la celebración del día de las aves, que ha tenido lugar este fin de semana, para solicitar la protección de los espartales de Cieza y su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) por la presencia de alondra ricotí.
Miembros de estas organizaciones han realizado una visita al paraje de El Picarcho y han transitado por el Cordel de la Mancha y Archeneros, una de las vías pecuarias que discurren por la zona, mientras se han ido dando explicaciones sobre los valores naturales y culturales del área y por qué se solicita su protección, la cual supondría la aportación de un nuevo espacio para la Red Natura 2000 de la UE en la Región de Murcia.
La iniciativa, que está promovida por Ecologistas en Acción de la Región Murciana y apoyada por el Museo del Esparto de Cieza, el colectivo Rio Rie, el Club Atalaya-Ateneo de la Villa de Cieza, el Centro de Estudios Históricos “Fray Pasqual Salmerón, la asociación Cultural “La Carrahila” y la asociación CARAMUCEL, naturaleza e historia, se fundamenta en una nueva zona IBA (Áreas importantes para las aves en España) propuesta por SEO/Birdlife, aunque más amplia y básicamente de superficie pública. Tendría una extensión en torno a las 5.000 hectáreas, abarcando los Montes Públicos: nº 46 “El Picarcho y Solana del Puerto”; nº 48 “Umbría y Solana de la Cabeza del Asno”; nº 140 “Lomas del Calvo” y nº 149 “La Melera”.
Esta figura de protección se presenta como un instrumento eficaz para integrar los usos del medio con la conservación de la naturaleza, en este caso por la alondra ricotí (Chersophilus duponti), cuya población cumple con los criterios numéricos requeridos por la Directiva Hábitats. Se trata de un ave esteparia típica con una distribución mundial restringida tan sólo a ciertas estepas seminaturales de la Península Ibérica y el norte de África, y que encuentra en los espartizales de Cieza uno de los escasos lugares donde habita en el sureste.
Los espartizales de Cieza y su entorno presentan una biodiversidad extremadamente singular, como consecuencia de sus características ambientales y por el hecho de que hayan sido creados o condicionados por los usos tradicionales del entorno, como la ganadería, la agricultura o la explotación del esparto. Las poblaciones de este ave no están exentas de amenazas: el abandono de dichos usos tradicionales, unido a la fragmentación del territorio por construcciones industriales, urbanizaciones, la agricultura intensiva, las comunicaciones e infraestructuras viarias o algunas reforestaciones mal emplazadas, ponen en serio peligro esta especie y su hábitat. De esta forma, la petición será formulada en breve ante las administraciones públicas, para que sea respaldada por el Ayuntamiento de Cieza y aprobada por la Comunidad Autónoma de Murcia.
