Mari Carmen Conesa realizará, a lo largo del citado día, visitas al Museo de Siyâsa, al despoblado andalusí del mismo nombre y a la Cueva de La Serreta, pues hace tiempo que está muy interesada por el conocimiento de nuestro patrimonio arqueológico.
Los restos arqueológicos de Vienne son de gran importancia pues se convirtió en capital de los galos alóbroges en torno al siglo II a. C., siendo convertida en colonia latina por Julio César en el 50 a. C., con el nombre de Colonia Julia Vienna. Una revuelta gala en el 44 a. C. expulsó a sus primeros habitantes, que fundaron cerca una nueva colonia: Lugdunum (Lyon). Fue un centro importante en el periodo romano, rivalizando con su poderosa vecina Lugdunum.
Tras ser una ciudad importante de la cristiandad medieval, comenzó a declinar. Allí tuvo lugar el XV Concilio ecuménico en 1311, y su obispo llevó el título de Primado de los Galos hasta 1802. En el siglo XX se convirtió en una ciudad industrial, con un gran número de fábricas textiles, que acogieron una gran comunidad de armenios tras la Primera Guerra Mundial. Tras sufrir los efectos de la desindustralización al acabar los años 50, la ciudad comenzó un proceso de conversión a la actividad terciaria y a la promoción turística y cultural por su gran patrimonio histórico del que destacan: La catedral de San Mauricio, el templo de Augusto y de Livia, el teatro Romano, el museo galo-romano y yacimiento arqueológico de Saint-Romain-en-Gal, el parque de Cybèle, que es un parque arqueológico que incluye arcos del foro, el auditorio municipal, casas y terrazas acondicionadas, el odeón romano, la pirámide (obelisco monumental del anfiteatro romano) y el castillo de La Bâtie.