Las espadas, las lanzas y las alabardas se reunieron en la plaza de la ermita de San Bartolomé, que sirve como incomparable escenario para la liberación. Como cada año, tras recibir el pertinente pago, el rey moro liberó al pueblo de Cieza.
CLR/DJR.
El presidente de la asociación de moros y cristianos Santa Justa y Santa Rufina de Orihuela, Antonio Manuel García Alcocer, representó al embajador moro en el acto de la embajada cristiana, en la que solicita al rey Abu-L-Hassán que libere, en nombre de los monarcas de Castilla, a los cristianos que custodia como rehenes tras la invasión a Cieza.
Las espadas, las lanzas y las alabardas se reunieron en la plaza de la ermita de San Bartolomé, que sirve como incomparable escenario para la liberación. Como cada año, tras recibir el pertinente pago, el rey moro liberó al pueblo de Cieza.
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