La Red Infancia Cieza, asume esta temática dentro de las diferentes líneas de actuación en las que está desarrollando su trabajo, por entender que la enfermedad mental de alguno o de ambos padres representa un riesgo para los hijos. Estos niños/niñas corren un mayor riesgo de desarrollar problemas psíquicos o sociales que otros niños, si no existe una adecuada atención a la familia.
La enfermedad mental no afecta sólo al paciente sino también a la familia o personas que le rodean, es importante valorar las consecuencias que pueden tener en los hijos, lo que nos debe llevar a actuar de una manera preventiva o intervenir precozmente en estos casos. El trabajo en red, trabajo coordinado entre los distintos ámbitos (social, educativo, sanitario,..) permite un tratamiento más eficaz y adecuado, utilizando los distintos recursos disponibles. Lo cual se hace necesario cuando se trabaja con padres con enfermedad mental grave que tienen a su cargo menores, para que se establezcan relaciones con otros entornos, personas o actividades donde los menores puedan desarrollar identificaciones estables y positivas con otras figuras, y conocer otros modos de relación y comunicación, con el objetivo de que obtengan un desarrollo normalizado y una imagen positiva de sí mismos.
Para la detección de familias que se encuentren en esta situación, se ha elaborado un protocolo que servirá de guía a todos los profesionales que puedan verse implicados con familias en la que alguno de los padres padezca enfermedad mental, discapacidad intelectual o drogodependencias, de manera que puedan conocer cómo actuar y dónde derivarlos, en su caso.
Se trata de un protocolo de derivación e intervención en casos de familias, en las que algún progenitor esté afectado de alguna dificultad en la crianza (sea esta evidente o no). "No pretendemos realizar con esto ningún tipo de valoración ni diagnóstico sino solo dotar a los profesionales que intervienen en la educación de los niños un instrumento fácil y eficaz con el que con pocos ítems se pueda detectar y trabajar conjuntamente adquiriendo mayor conocimientos de estas familias que pudieran estar afectados de algún tipo de trastorno (sea deficiencia mental, enfermedad mental, consumo de drogas…) que afecten a la evolución de su hijo", declaraba la ponente. Dicho Protocolo será presentado el próximo curso a todos los profesionales que trabajan directamente con infancia y adolescencia.