Este lunes se disputaba la 10ª etapa de la Vuelta Ciclista a España que discurría entre Valencia y Castellón con 146 km en una jornada loca, donde hasta 40 corredores se fugaron en la primera parte de carrera -con Amador y Erviti siempre muy activos en los cortes- y Movistar Team controló después para proteger a sus líderes.
Una buena labor del propio Erviti, Sutherland, Ventoso, Amador o Moreno cuidaba de Quintana y Valverde, a los que Rojas y Visconti cubrieron en el Desierto de las Palmas y su descenso hasta buscar sus opciones en el tramo final, el italiano con un breve ataque a 2 km de la llegada y el ciezano, ya en el sprint, rozando su primer éxito en la Vuelta en el mismo escenario donde se proclamó campeón de España hace cuatro años.
"He estado cerca; lo que pasa es que he esprintado más con corazón que con fuerzas. La etapa la tenía marcada porque había ganado el Campeonato de España aquí, pero me dolía mucho, mucho, mucho la clavícula, la llevo muy inflamada todavía. Tenía ganas de hacer una gran carrera aquí, y a base de paracetamol, 'nolotil'... y de echarle narices, he intentado brindarle una etapa al equipo, pero se me ha ido. En realidad tenía piernas, para haber ganado en Murcia y para hacerlo aquí, pero en esta ocasión, me ha fallado la clavícula. Lo importante es que los líderes han pasado un buen día y que nos quedan dos semanas para seguir buscando ese triunfo y para que ellos puedan llegar a lo más alto", declaraba José Joaquín Rojas a su llegada a la línea de meta.