¿Ha habido algún momento en el que hubiera estado en peligro la unidad del Gobierno? 

Yo no lo he percibido. Nadie dijo que esto fuera ni fácil ni sencillo. Es una nueva forma de hacer política. No hay costumbre ni experiencia cercana, pero ese es el reto. Tenemos un esquema general en el que estamos de acuerdo pero pueden surgir cosas que hay que hablar.

¿Cómo se encontró el Gobierno las cuentas? 

Nos hemos encontrado con algo realmente inusual en los gobiernos del Partido Popular: por norma a lo largo de estos últimos años han realizado una ejecución presupuestaria realmente pobre y ahora, cuando entramos nosotros, el presupuesto estaba ejecutado al 80 %. Eso quiere decir que tenemos lo justo para caminar hasta final de año con lo puesto, nos deja con las manos muy atadas. Se gastó prácticamente todo el presupuesto en los primeros 6 meses del año. Se puede hacer una valoración electoral de este tipo de cosas pero de poco me va a servir porque mi obligación y mi responsabilidad es dar respuesta a los problemas.

Dijo que Cieza estaba en inestabilidad presupuestaria, ¿qué medidas hay previstas?

La inestabilidad presupuestaria surge con la publicación de la sentencia del V6 (‘Migaseca’). Desde ese momento tenemos un compromiso de pago. Tenemos una obligación: que hay que pagar. Hemos tenido contacto con el representante legal de la familia, le hemos hecho una propuesta y hemos iniciado las negociaciones con el fin de darles solución. Estamos por el camino de resolver eso de una manera satisfactoria. La legislación impone, con respecto a estas situaciones, la realización de un plan de saneamiento de carácter presupuestario que equilibre esa situación irregular. Ese es el hándicap. Tenemos que hacer un plan de saneamiento para los próximos 2 años con el que atender a los servicios públicos y al mismo tiempo a las necesidades derivadas del pago de la sentencia.

¿Significa eso una subida de impuestos?

No necesariamente. Subir los impuestos no entra dentro de nuestra idea. Vamos a ver si solucionamos el asunto del V6, lo que nos va a dar un margen importante. La carga financiera de los ciudadanos ya es elevada. Otra cosa distinta es que en los trabajos de presupuesto observemos que tipos de trabajo y servicios están suficientemente financiados y cuales están obsoletos. Eso es algo que haríamos con inestabilidad presupuestaria o sin ella. Es un ejercicio de responsabilidad. No varía la posición.

El porte del alcalde no se mella con las diferentes preguntas. Las manos permanecen entrelazadas. Las sonrisas y los suspiros bailan en el reducto expresivo que se atesora en su rostro.

¿Qué se va hacer con los terrenos del V6?

Los terrenos están declarados como urbanos por lo tanto la utilidad que se le tiene que dar es esa: ser urbanizados. Esos terrenos están prácticamente terminados en cuanto a los proyectos de urbanización. Están luego a luego para meterse.

¿Tiene el ayuntamiento algún plan para resolver el paro?

Si dijera sí, que lo vamos a resolver, sería un incauto y un mal político. Primero, no está en nuestra mano: los ayuntamientos no tienen competencia en Empleo, pero sí que es verdad que es un deber moral atender a situaciones de este tipo. Nuestra obligación moral es crear un espacio, un entorno favorable para que se cree empleo. Pero ¿crearlo? Eso lo tienen que hacer las empresas. En este sentido ya estamos trabajando para favorecer que haya empresas que se instalen aquí con una política de bonificación fiscal de los impuestos o con la promoción de Cieza para poner en valor el terreno industrial. Ya hay varias iniciativas que en los próximos meses podremos avanzar. Pero algo real, algo cerrado: no hay nada.

Se han dividido las opiniones en lo referente al proyecto del Paseo Ribereño. ¿Hay un proyecto del PP y otro del Gobierno?

Me parece una disquisición absolutamente perversa porque no hay proyectos del PP ni de nadie. Hay un proyecto que hace Acuamed, que es el promotor de la obra, nosotros solo somos colaboradores financieros. El ayuntamiento de Cieza no interviene para nada en la realización del proyecto y de hecho todo el procedimiento lo lleva Acuamed y la Confederación Hidrográfica que le compete dar las autorizaciones que necesita el Ministerio de Agricultura. El ayuntamiento lo único que hace es dar, por parte de los técnicos municipales, una opinión favorable desde el punto de vista técnico. Me interesa dejar eso claro: hay un proyecto aprobado por el Ministerio de Agricultura con fecha del 11 de agosto que es el que vale y es el que se está desarrollando.

No hay titubeo. Fija la mirada con cada palabra, las hace rotundas con los únicos movimientos de las manos. Son quiebros al aire con las palmas paralelas y los dedos estirados.

¿Hay prevista alguna actuación para fomentar el turismo cultural?

Vamos a hacer de manera inmediata el Plan Director de Siyâsa que está sin realizar. El cubrimiento de la casa número 6 se hizo de manera puntual pero no existe el Plan Director de desarrollo y ‘musealización’ del yacimiento. Estamos desembrozando todo el tema del Consorcio que jurídicamente va a desaparecer y que nos tenemos que hacer cargo nosotros. Este es un proceso farragoso y lento que en el que ya estamos dando los últimos coletazos. Elaboraremos una serie de paquetes turísticos que le den una dimensión cultural a la ciudad; mezclaremos las actividades: que se pueda visitar Siyâsa pero también Almadenes, por ejemplo. Cieza no es una ciudad desde el punto de vista arquitectónico algo monumental. No disponemos, desgraciadamente, de palacios ni de grandes catedrales ni de nada de eso, por ello tenemos que ir a esas fórmulas mixtas de mezclar paquetes: turismo natural e histórico e incluso etnológico con el tema del melocotón

¿Hay algún proyecto para ‘Las Delicias’?

Un suspiro crea la única pausa de la entrevista. Es un tema que hemos empezado a estudiar. Estamos en los inicios porque no conocemos en profundidad cual es la situación jurídica de ese inmueble. Sabemos que está en mal estado pero hay alguna complicación de carácter jurídico. Tiene una condición: se le tiene que dar un uso hostelero. Eso constriñe mucho la decisión que tomar porque si es solo eso tenemos un problema.

¿Qué opinión tiene sobre hacer de Cieza una ciudad refugio?

Estamos absolutamente a favor. Ya hemos manifestado nuestra voluntad de echar una mano y de colaborar con aquellas instituciones que desarrollan la asistencia a los refugiados. En este sentido la concejala de Bienestar social estuvo en una reunión en Murcia con la consejera y distintos ayuntamientos con el fin de evaluar qué instalaciones son susceptibles de poder ser utilizadas en caso de que hiciera falta. Le corresponde a la Unión Europea financiar todos los proyectos de integración y de atención a los refugiados. No nos engañemos, este tipo de cosas son complejas no basta con poner una vivienda. El estatuto del refugiado te obliga a una serie de circunstancias: integrarlos, darles colegios, facilitar trabajo, darle vivienda, asistencia social, de intérprete… No es una cosa sencilla.

Hay varios lugares en Cieza que precisan atención: las polveras, la “manzana del cocodrilo”, o la casa deshabitada que hay en la plaza de España. ¿Qué ha hecho el ayuntamiento con respecto a estas zonas?

Con respecto a la manzana del cocodrilo, ya he tenido una conversación con los titulares. Me pidieron colaboración porque ellos están decididos ya a acometer las obras. Hay circunstancias de carácter técnico que tienen que resolver pero por nuestra parte en cuanto se pueda se inicia. En ‘la casa de las brujas’ observamos que había suciedad. Es un inmueble privado y ya hemos exigido a los titulares que lo tengan debidamente limpio. En cuanto a las polveras, hemos solicitado a la Confederación Hidrográfica que distintas ramblas de Cieza sean limpiadas porque es competencia de la Administración, no sé si esa está incluida en la petición que hicimos hace unos días.

¿Defina en unas palabras los primeros cien días de Gobierno? 

Intensos, muy intensos.

Los primeros meses de Gobierno se le han amontonado en la conversación. Se levanta y se arregla el traje oscuro. Golpea suavemente las arrugas de la postura. El alcalde sonríe.