Hasta aquí todo bien. Sin embargo, cuando hablamos concretamente de relaciones son muchos los factores internos y externos que influyen para poder sentir amor con todas las letras. Os invitamos a comenzar por el principio (resumido) de una aventura amorosa.
Algunos ya se conocen y otros ni siquiera se habían visto, pero cuando las historias se cruzan lo siguiente en ocurrir viene de manos de las famosas ‘mariposas’ en el estómago. Tras lo anterior, llega la parte mágica en la que las horas del reloj vuelan y, por lo general, te sabe todo a poco; seguidamente, comienza a surgir el amor y otras muchas sensaciones y sentimientos. Ahora bien, ¿acaso no tenemos todos el derecho de enamorarnos? ¿Qué importa de quién sea si eres feliz, si te sientes completo?
Hay actos que pueden infundir inseguridades y miedos irreversibles. Párense un momento a pensar: ¿miedo a qué? Miedo a mostrar cómo somos y no ser aceptados por nuestro entorno, o todavía más, a ser juzgados. Miedo a desarrollar sentimientos por una persona de tu mismo sexo. Miedos impuestos por los mismos que promulgan la homofobia.
Al otro lado del planeta, en Aceh (Indonesia), dos hombres han sido condenados por mantener relaciones sexuales en una habitación de alquiler a tres meses de cárcel y 77 azotes en un acto público. Las imágenes que circulan por los medios de comunicación y redes sociales no hay persona que en su sano juicio sea capaz de terminar de verlas. Nos quieren vender que les imponen esta condena con motivo de rehabilitarlos, pero no se equivoquen, su fin es hacerlos invisibles.
Este hecho es un solo un pequeño ejemplo de la realidad que se vive en 67 países donde se criminaliza los actos sexuales consensuales entre personas del mismo sexo, seis de ellos tienen penas de muerte y otros 27 países contemplan condenas de 10 años a cadena perpetua, según el informe de Homofobia de Estado 2020 de la Asociación Internacional de Gais, Lesbianas, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA). Datos alarmantes que reflejan que todavía queda mucho por hacer.
Asumir que estás enamorado es un acto de valentía, pues estás dando a otra persona el algoritmo de tu destrucción. Suena rudo, pero tal que así es. En muchas ocasiones, no solo la persona con la que compartes camino puede contribuir a ello ya que, el entorno que te rodea, también puede llegar a ser un factor bastante relevante y casi decisivo en las relaciones sentimentales, sobre todo, porque en la vida no somos más que circunstancias que no elegimos ser.
La lucha por conseguir erradicar estos actos no solo incumbe a aquellos que combaten y han combatido por desprenderse de ellos, sino a todos los ciudadanos. Una responsabilidad por acabar con etiquetas despectivas. La orientación sexual de los demás no nos incumbe a nosotros, ni es un acto criminal siempre que el amor y el respeto sea mutuo.
