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Viernes, 19 de Abril del 2024
Sunday, 31 October 2021

Halloween-Todos los Santos

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Cementerio de Cieza Cementerio de Cieza CLR

CLR/Manuel Eloy Semitiel López.

En estos días de finales de octubre y primeros de noviembre vemos una vez más como las modas anglosajonas irrumpen en colegios, colectivos y comercios para decirnos que vuelve el carnaval de Halloween.

Estamos en España, con sus costumbres y tradiciones que debemos todos de conservar y preservar le pese a quien le pese. El convertir el día donde se recuerda a todas las personas que no están en los altares, pero que fueron dignas de la santidad, en una festividad carnavalera, asquerosa, no española, es algo que no se debe de imponer a nuestras tradiciones españolas tan respetables como otras.

 

Primero hay que diferenciar el día de Todos los Santos y el día de difuntos. El día de Todos los Santos es el 1 de noviembre, se recuerda a todas las personas que han pasado por esta vida nuestra haciendo el bien y la iglesia no tiene en los altares, pero se les recuerda en este día. Esas personas pueden ser tu vecino/a, amigos, tu abuela/o, tu padre o tu madre, alguien que con sus hechos se merece ser un santo/a, con sus defectos y sus virtudes.

 

Nadie es santo sino Dios, los demás queremos ser y llevar una vida en favor de los demás, en favor de la paz, el ayudar al otro, el conseguir un mundo mejor que empieza a tu alrededor más cercano, en tu día a día. Una madre que nos ha dado la vida, su esmero en criarnos, una abuela que nos ha cuidado, nos ha preparado la comida, nos ha mimado, nos ha dado su cariño y sus desvelos. Un padre que nos creado, nos da su amor, su consejo, su ejemplo, un amigo que con su estar ahí nos ha ayudado en todo.

 

Esos son los santos/as, como decía Santa Teresa, "Dios está entre los pucheros", en todo ser humano que busca y quiere la paz, el perdón, el no ser un lobo con tu hermano. Esos son los santos, no están todos en los altares, pero son santos del día a día, son personas de carne y hueso que con sus defectos y virtudes fueron capaces de servir, de amar, de querernos sin medida.

 

Siempre hemos vivido en las casas incluso tres generaciones, los abuelos, los padres y los hijos o nietos y siempre se ha vivido genial, a nadie se le ha apartado del núcleo familiar por ser anciano/a, o por estar enfermo e impedido, al contrario, se les ha cuidado hasta que la muerte puso punto y final en esta vida. Hemos vivido en las casas con los abuelos/as y nos han enriquecido con sus vidas, sus historias y sus consejos que ha todos vienen bien oír a otras generaciones para saber y vivir y nunca ha pasado nada. Los abuelos/as nos han dado su amor, incluso más que a sus propios hijos, los nietos han sido siempre su devoción primera, su felicidad, el encanto de sus vidas y nosotros hemos querido a nuestros abuelos/as más que a nuestra propia vida, fueron el centro de nuestra casa, no teníamos nada mejor que hacer que amarlos, cuidarlos, mimarlos hasta que se fueron, porque todos nos tenemos que ir algún día.

 

Precisamente, eso que "todos nos tenemos que ir algún día" lo celebramos al día siguiente del día de Todos los Santos, el día 2 de noviembre, es el día como sabemos de todos los difuntos, de aquellos que partieron para la otra vida, la vida eterna, duermen en el cementerio (ciudad dormitorio), el cementerio para un cristiano no es una necrópolis, ciudad de muertos, es una ciudad dormitorio, donde reposan nuestros difuntos con la esperanza de resucitar el último día.

 

En este día 2 de noviembre, día de los fieles difuntos, incluso días antes, visitamos los cementerios y llevamos flores y velas a nuestros seres queridos, tradición hermosa donde las haya, es además un acto pleno de misericordia, de amor inmenso, de comunión entre toda la iglesia, los vivos y los difuntos, la iglesia orante y la que reposa en busca de la resurrección que vendrá.

 

Precisamente, ese día 2 de noviembre, día de difuntos, esta tradición se remonta al 2 de noviembre de 998, cuando se creó un día especial para recordar de forma única a todos los fieles difuntos, fue instituido por el monje benedictino San Odilón de Francia, de la abadía de Clyni, siendo su idea adoptada por Roma en el siglo XVI y de ahí se difundió al resto del mundo.

 

Fué también en 1.748 cuando el papa Benedicto XIV concedió a los sacerdotes de España y Portugal el privilegio de que pudieran hacer tres misas ese día de difuntos, el 2 de noviembre, Benedicto XIV había estado de Nuncio del Papa en Madrid años antes de ser Papa. Las tres misas que celebra el sacerdote en ese día se ofician en este orden: La primera por la intención personal del celebrante, la segunda por las intenciones del Papa y la tercera misa por la intención de las almas del Purgatorio o estado de purificación antes de entrar en el Cielo plenamente, para que Dios tenga misericordia, los perdone y los lleva a la Casa del Padre.

 

La festividad del día de difuntos se equipara al día o la fiesta de Navidad donde el sacerdote también puede oficiar tres misas. La Iglesia que "es madre y maestra", también concedió por esta fecha indulgencia plenaria del jubileo de todos los fieles difuntos, la Iglesia siempre ha orado y rogado por los fieles difuntos, en todas las misas de todos los días del año litúrgico.

 

El recordar, orar, visitar las tumbas de nuestros seres queridos es una de las obras de misericordia más grande que existen, como el dar de comer al hambriento, de beber al sediento, visitar al encarcelado, enseñar al que no sabe. Son días de visitar los cementerios, entremos a los cementerios con respeto, sabedores que pisamos tierra sagrada, allí están nuestros padres, abuelos, amigos, vecinos que un día partieron, allí estaremos nosotros también algún día, entremos al cementerio a rezar, con sumo respeto, con cariño, y en esta vida sepamos que solo nos queda el amor, el perdonarnos unos a otros, si caemos levantarnos con ayuda de Dios y de nuestros hermanos vivos, todos caminamos al encuentro de Dios perdón y misericordia que nos enseña a perdonarnos los unos con los otros, nadie somos santos, solo ÉL es Santo, el único, y nos ha regalado el mayor tesoro que nadie se ha encontrado jamás: EL AMOR EN ESTA VIDA,Y DESPUÉS VIDA ETERNA.

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