Sé que no está siendo fácil, pero nadie dijo que fuera a serlo. El sábado, 13 de Junio, tiene que constituirse la nueva corporación. Es un reto, el tiempo urge y tienen la ayuda de la historia reciente (años 1999-2000) para no repetir errores (ya saben, hacer el pacto a destiempo y con mociones de censura). Porque no nos engañemos. Aunque en la aritmética postelectoral pueden combinarse las cifras de muchas maneras, aquí el único que debe cantar bingo –insisto- es el pueblo de Cieza.
Vamos a repasar los números, ya conocidos de todos y vamos a considerar algunas de sus posibles combinaciones. Total de concejales en la Corporación ciezana, 21. Mayoría absoluta, 11 concejales, que no ha obtenido ningún partido político, por lo que hay que recurrir a pactos para garantizar la gobernabilidad del municipio. Partido Popular de Juanma Molina, 8 concejales, lista más votada el 24 M; PSOE de Pascual Lucas, 6 concejales; Ganar Cieza, Izquierda Unida/Verdes Alternativa Socialista, de Francisco Saorín, 3 concejales; Cieza Puede de Miguel Gual, 2 concejales; Ciudadanos de Óscar Verdejo, 1 concejal y los Ciudadanos-CCCi de José Luis Vergara, 1 concejal. Con estos mimbres hay que fabricar el cesto que permita, en la medida de las limitadas competencias municipales, salvarnos la vida (para jodérnosla tienen sobradas competencias) y afrontar con algo más de esperanza los próximos cuatro años.
El objetivo pues de conversaciones, reuniones, acuerdos o pactos postelectorales con los que andan agobiados estos días nuestros futuros próceres electos, está en sumar esos 11 concejales que permitan cerrar la caja de Pandora que dejó abierta el pueblo el domingo, 24 de Mayo, y configurar una mayoría operativa lo más duradera y estable posible, o, en su defecto, dejar que gobierne la lista más votada, es decir, permitir que sea alcalde el candidato del P.P. Juan Manuel Molina Morote, que ya ha mostrado públicamente – él y su equipo- su disponibilidad para asumir la alcaldía, a pesar del insuficiente resultado obtenido en las urnas. Nada hay que objetar al generoso ofrecimiento de Juanma Molina, salvo que afrontar con 8 concejales el gobierno del municipio sería –ese sí qué sí- aventurarse en un viaje a ninguna parte que no los llevaría (creo) ni a comerse el turrón por Navidad. Y el pueblo no está para esos trotes. Lo mismo cabe decir de la segunda lista más votada, la del PSOE que encabeza Pascual Lucas Díaz. Con sólo 6 concejales su única alternativa para conformar equipo de gobierno es buscar el apoyo de otros partidos, y la primera combinación que se nos ocurre es sumar a los 8 concejales del P.P. los 6 concejales del PSOE, lo que puede estar bien como película o relato de ciencia ficción, ya que daría lugar a una mayoría numérica estable, en la que Juanma Molina y Pascual Lucas podrían sucederse en la alcaldía, pero que abriría la caja de los truenos (esto parece que va hoy de cajas) y el bombardeo caduco y rancio sobre la casta por aquí, la casta por allá. Eso no va a ocurrir.
Descartado el pacto P.P.-PSOE, el P.P. sólo podría sumar (y no lo veo muy claro) el voto de Óscar López, de Ciudadanos, con lo que se quedaría con 9 y aunque pudiera llegar a sumar el voto del CCCi de José Luis Vergara (que lo veo oscurísimo) sólo alcanzarían la decena de concejales, también insuficiente. Por tanto hay que encaminar las sumas por el lado del PSOE de Pascual Lucas; asumir que ese es el camino de la gobernabilidad, incluyendo en el pacto de gobierno a los 6 concejales del PSOE, los 3 de Ganar Cieza, Izquierda Unida/Verdes, Alternativa Socialista, los 2 de Cieza Puede (con lo cual sumarían ya el número mágico) y sumar también el del CCCi de Vergara para remachar con 12 una mayoría holgada. También podrían estar, si quieren, los Ciudadanos de Óscar Verdejo, lo que pasa es que entonces serían 13 y ya se sabe, para los supersticiosos con sentido del humor (que no son muchos) sobrarían 12.
Todos deben pringarse, que no están los tiempos para escaqueos, y establecer el acuerdo como pacto de legislatura y de gobierno, a partir de las propuestas programáticas de los partidos firmantes, que tampoco debería ser tan difícil porque a fin de cuentas, en un 80 o 90 por ciento de los asuntos, sólo se trata de gestionar y ante la mayor parte de los problemas de casa (he reiterado por activa y por pasiva que en Cieza somos todos, o casi todos, de la misma tribu) sólo hacen falta buenas dosis de generosidad y de sentido común. Sé que esto que escribo suena sólo a buenas palabras y quizá algunos me concedan que hasta palabras guiadas por buenas intenciones. Concedo yo también que es así, pero de ahí hay que partir si no queremos tener que decir ¡ay!, y lamentarlo después amargamente. Alguien podría decir que si todo o casi todo es gestión, también podría ser el P.P. el partido que aglutinara esos apoyos, pero es que, al margen de ideologías, el P.P. ha dispuesto de 12 largos años de gobierno municipal y el pueblo ha decidido cerrar esa etapa, que tendrá sus luces y tendrá sus sombras y que ahí queda para el juicio de la historia. Empieza un tiempo nuevo, complicado y difícil, pero no imposible. La primera tarea de este tiempo nuevo es la de llegar al 13 de Junio con nuevo alcalde, nuevo equipo de gobierno y las ideas claras sobre quienes somos y a dónde queremos llevar a Cieza la desdichada para que deje de serlo.