Y así, el 16 de Abril de 1878, reinando en España Alfonso XII, se publicó la licitación para construir un ferrocarril desde Campamento (Campo de Gibraltar) a Málaga, por la costa…Ni que decir tiene que el referido ferrocarril sólo lleva (de momento) 141 años de retraso (y los que quedan). Ya conocen el significado atribuido por la ingeniosa inventiva popular al acrónimo de la RENFE (Retrasos Enormes Necesitamos Fuerza Empujen), aunque, en este caso, más que al proverbial retraso que acumulaban antaño los trenes españoles, la dilatadísima espera se debe más bien al conocido dicho de que las cosas de palacio van despacio, y si no que se lo digan también a otras infraestructuras, en este caso por carretera, como la variante del Maripinar, que llegó a estar aprobada y hasta presupuestada creo recordar que en la década de los noventa del siglo pasado…y aún la estamos esperando (y lo que tendremos que esperar, desesperando).
Esto de que las cosas de palacio van despacio (que en España quiere decir muy de espacio en espacio, de siglo en siglo y, algunas, incluso sub specie aeternitate y ad calendas graecas), es particularmente importante y ahora que estamos en trascendente trance (¡y qué trance, señor!), de votar dos veces en un mes solo…con tantos y tantos engañabobos sueltos que van a pulular por ahí en forma de compromisos electorales que se los llevan el cierzo, la tramontana, los alisios y los contralisios, los tirios y los troyanos, los sumerios (que estos los echaban por el sumidero), los fenicios (que, como muchos de esos que ahora charlatanean y “charlotanean”, sólo sabían mentir) y los abisinios (que aquéllos, los pobres, sólo buscaban un lugarcico confortable lejos del hambre, lo mismo que yo lo busco lejos del hombre…y de la mujer, es decir, a solas y en buena compañía de mí mismo que allí estáis todos, incluso yo).
En fin, amigo lector, que yo le garantizo a usted que cuando usted lea estas líneas yo no habré visto ni oído ninguno de los dos grandes debates electorales (tinglados de la antigua farsa montados en la colorista, vacía, tendenciosa y fatua panoplia televisual). No, me niego. Ni sé quién ganó cada debate, ni me importa, que yo no digo mi canción sino a quien conmigo va, y tengo clara mi elección, como usted seguramente, al margen de encuestadores. Quiero que me dejen en paz rumiar en mi celda mi silencio, lejos del insoportable estruendo de la ruidosa maquinaria, politiquera marabunta y dispar algarabía (¿o es chisgarabís?), mientras otros rememoran y barruntan antiguas y recurrentes tragedias en el horizonte. Ojalá que no.
Perdonen la digresión y -volviendo al tren- decirles que casi tanto tiempo como el anunciado ferrocarril de Campamento a Málaga lleva esperando la variante de Camarillas, o no digamos la doble vía, o la electrificación del tendido, en la línea férrea Albacete-Chinchilla-Hellín-Cieza-Murcia-Cartagena. Ahora parece que por fin el tren híbrido Alvia, desde el 3 de Junio, se dignará parar en nuestra estación de ferrocarril, aunque el principal “muñidor” o conseguidor en Cieza de este modestísimo logro, el concejal de Ciudadanos Centristas Ciezanos, José Luis Vergara Giménez, no las tenga todas consigo al haberse anunciado la parada para una fecha posterior a la de los escaparates electorales del 28 de Abril y del 26 de Mayo, cuando ya habrá enmudecido el coro estridente y mentiroso del viejo y hueco gay trinar que reclama el disputado voto del señor Cayo, en una tierra, la nuestra, si cabe más áspera, triste y olvidada que Teruel, Extremadura y hasta las Hurdes. Mon Dieu…la semana que viene les hablaré de la tragedia de la catedral católica de Notre Dame de París hace pocos días y del incendio anterior de la catedral, también católica, de León, en 1965, que a mí me pilló allí, cuando sólo tenía catorce años. Pude ver el resplandor de las llamas, en vivo y en directo, desde una terraza del colegio.
Esta semana, exactamente el miércoles, 17 de Abril, moría en su localidad natal del malagueño Rincón de la Victoria, el veterano articulista (91 años cumplidos tenía), e inspiradísimo poeta, Manuel Alcántara, uno de mis mayores y más venerados maestros españoles del artículo periodístico a lo Mariano José de Larra. En una calle del Rincón de la Victoria, un azulejo recoge unos versos del gran poeta y periodista, muy en la línea del sabio escepticismo con el que veía la vida Manolo Alcántara, el hombre hedonista y tranquilo, amigo del fútbol, del boxeo, de la ginebra Larios, y de la vida:
No digo que sí o que no
Digo que si Dios existe
No tiene perdón de Dios
Torre del Mar. Costa del Sol.
A saber cómo se tomará Dios Padre ese verso, ¿verdad usted?.
