Sí, el Rey (emérito, pero sin mérito ni méritos) que nunca supo ser un padre cuando nos habría hecho falta uno (por lo menos), que se nos hizo mayor, como un niño grande, botarate, campechano y torpe, al que Juanito le decían cuando apenas era un juguete en manos del patriarca; que después fue Juan Carlos, antojadizo, caprichoso, putero y malcriado, como bien podía esperarse de su saga, el Rey que, mansamente, y disfrutando de la renta proporcionada por sus gónadas reales y por su sangre de bucanero bobo y balbuceante mezclada de azurita, hasta permitimos que se nos hiciera viejo (verde…y patético), y que ha acabado, sin ser padre ni haberlo sido nunca, ni llegar nunca tampoco a patriarca, por dejarnos un poquito huérfanos en el peor momento, protagonizando una vergonzante huida, sin asignación económica, pero con los bolsillos (seguramente) bien repletos de billetes, a salvo y buen recaudo de cualquier avatar, contratiempo o contingencia adversa. Sólo aspiró a vivir siempre a cuerpo de rey y la coyuntura (así se las ponían a Fernando VII), le vino pintiparada para dedicarse al dolce fare niente y seguir acumulando para cuando llegara el esperado autoexilio, exótico, tecnicolor, y de verdadero ensueño, aunque sin Corina, que bien mirado, “corinas” ya ha tenido muchas. Lo del 81, con el tejerazo, dicen que fue su mayor y mejor logro, su sempiterna justificación. Vaya usted a saber ¡Puta España! Pero, ¿por qué no le regalarían un país más facilito, más sencillo, más manejable y asequible?
Este desastre, amigo Berganza, no es de ahora. Nos está viniendo desde hace bastante tiempo, allá por el 82, cuando el triunfo histórico de Felipe González en las elecciones generales, y su extraña resistencia a llamar a España por su nombre convirtiéndola en “este país”, o las referencias de su alter ego, siniestro Mr. Hyde, Alfonso Guerra, a que iban a dejar España que no la iba a reconocer ni la madre que la parió, o sea Isabel la Católica-Cayetana Álvarez de Toledo… Por eso, en tiempo de estrepitosos derrumbes, bueno será cantar, con música de la inmortal “Cucaracha”, porque sabido es que “quien canta, sus males espanta”. Así que…vamos allá.
Mi mascarilla,
Mi mascarilla,
Vaya invento más
genial.
Coloreada
O aun estampada
Sirve para el bien
fardar.
Tanto vale para un
roto
Como para un
descosido
Y según cómo la
adornes
Así serás recibido.
Mi mascarilla,
Mi mascarilla,
Ya no puede tamizar.
Porque le falta
Porque no tiene
Guata con la que
filtrar.
Mascarilla es un
chollo
Que algunos
emprendedores
Le han sacado a este
invento
Una pasta
en mil colores.
>Mi mascarilla,
Mi mascarilla,
No la puedo rehusar.
Porque le faltan
Porque se han roto
Las gomitas donde
anclar.
De mascarillas en
España
Estoy hasta los
co...nes
Me la calzo a la
mañana
Y al ocaso, a los
cajones.
Mi mascarilla,
Mi mascarilla,
No la puedo
recomprar.
Porque no tengo
Porque me falta
Pasta que
desembolsar.
En España estamos
todos
Como grandes
gili...llas
Paseando por las
calles
Mascarillas perifollas.
Mi mascarilla,
Mi mascarilla,
No se puede reciclar.
Porque en años
Y aun por siglos
Nunca se destruirá.
Amén
Mira, Cipión, lo que me dice el perro, nuestro sabueso de Baskerville: si no hay dos metros entre tú y yo, no me rías, ni me hables, ni fumes, ni tosas, ni estornudes, ni te sientes a mi lado, ni me invites a pasear, ni me toques, ni me abraces, ni me beses, ni me des la mano, ni me hagas el amor, ni me grites...Esto se lo dice un muerto a otro y no se lo cree...dicen también que han descubierto ahora que el bicho contagia a una distancia de 5 metros. Pero hay más, y es que también dicen que la mayoría de los contagios ocurren… EN EL HOGAR. A ver dónde coño nos vamos a meter. Esto ya es la ostia...Y es que se está haciendo realidad la maldición china de "ojalá vivas tiempos interesantes". Parece una película con dirección de Quentin Tarantino, guión de Stephen King, interpretada por Jesulin de Ubrique y con BSO de Leticia Sabater. Sí…ya tarda en caer el meteorito...