Se han levantado cada mañana con una misma expectativa, un mismo sueño y un mismo anhelo; aprobar la oposición el 26 de junio para construir, con estructura fuerte, su futuro. No había mas que un estuche y centenares de folios apilados unos encima de otros, como el Casco Antiguo sobre esa mítica piedra que nos soporta. No ha habido nada que los dispersara de su objetivo. Ni un festivo, ni un cumpleaños, ni nada parecido; su único fin siempre ha sido luchar por que el 22 de junio el examen dejara de ser una pesadilla para ser una mina de sueños.
Cada lágrima derramada, cada oportunidad perdida, cada café suspendido, cada enfado, cada noche sin dormir o cada desilusión pueden tener su recompensa el próximo 22 de junio. Miles de estudiantes ciezanos han sacado tiempo de donde no lo había, han luchado contra viento y marea y se han perdido atardeceres irrepetibles. Siempre el mismo camino los ha acompañado: de su casa al lugar de estudio. Nada más, ninguna otra calle y ningún compañero más que el sol y la luna. Así durante diez meses, largos de diez meses.
Diez meses donde totales desconocidos se han convertido, casi, en amigos inseparables, confesores y soñadores. Diez meses donde los jóvenes, y no tan jóvenes, ciezanos han tenido que decir NO una y otra vez. No a reír hasta la extenuación, no a alzar la copa para celebrar un algo, no a perderte en los brazos del familiar que más quieres o no a soñar con un paseo cercano al Segura. No a tantos y tantos sueños que a lo largo de estos diez meses los opositores ciezanos han tenido que dejar pasar. Ese ha sido el precio de estas oposiciones que ya se ven venir.
La sociedad del presente se basa cada vez más en la igualdad entre unos y otros. Todos, o casi todos, quieren vivir bien, tener una familia y una casa en la que resguardarse al calor de la chimenea. Las generaciones del futuro cada vez salen más preparadas de la universidad. Los máster copan las paredes de su casa y las dobles titulaciones son la gallina de los huevos de oro, en este caso los huevos son los futuros éxitos. Ese éxito es el que buscan el próximo 22 de junio tantos y tantos ciezanos que con esperanza e ilusión preparan a conciencia la prueba que les marcara su futuro mas cercano, y quizás, lejano.
Ánimo compañeros, solo nos queda una semana para ver recompensado el trabajo de todo un año. Todo valdrá la pena cuando el reloj marque las tres del mediodía y todo este casi concluido. Ánimo en esta larga semana que nos queda. No olvidéis nunca que el esfuerzo siempre tiene su recompensa, y que, por supuesto, vivís en una tierra de gente luchadora y que nunca, nunca, abandona sus sueños y sus anhelos.
Suerte queridos opositores, suerte compañeros.
Os espero en quince días. Mientras sigo observando la vida.