Explican desde el PP que en el turno de ruegos y preguntas, la concejal popular, que es responsable de las áreas de Agricultura y Turismo en su partido, interpeló a Antonio Moya sobre las gestiones realizadas para poner en marcha el citado centro. Concretamente, la concejal recordó que hace ya 8 meses, Moya hizo unas declaraciones en las que anunció que estaba trabajando para poner a punto el edificio y decidir el modo de gestionarlo, así como su intención de solucionar el paso de la presa de la Mulata y la dotación de lugares de hospedaje en la zona.
Hortelano pidió que el edil de Turismo informara de la situación actual de las instalaciones y detallara los resultados del trabajo que supuestamente había llevado a cabo. Indica el PP que "la sorpresa saltó cuando el concejal de Turismo, visiblemente alterado, en lugar de responder profirió una sarta de descalificaciones personales contra la edil del PP, tratándola como una mujer incapacitada para conocer el tema y preguntar acerca de las previsiones de apertura. Moya, cuestionó incluso su legitimidad para ejercer el control del gobierno mediante el turno de preguntas al que obligatoriamente deben someterse los concejales con delegaciones en cada pleno ordinario". Para el Partido Popular el comportamiento de Moya "constituyó una exhibición intolerable de machismo y autoritarismo impropio de un representante público".
Apuntan además que el socialista “transmitió una clara imagen de alguien que se cree por encima de los controles democráticos y busca gestionar sus competencias como si fueran un cortijo particular, también fue evidente la incomodidad que mostró Antonio Moya al verse interpelado por una mujer, al focalizar los insultos en poner en duda la capacidad intelectual y la autonomía de criterio de María Dolores Hortelano”.
Aseguran los populares que “es evidente que el concejal de Turismo no tenía respuestas creíbles para justificar que el cierre de Almadenes se va a prolongar como mínimo dos años, ya que de sus respuestas se dedujo que no ha solucionado el modo de gestionarlo y ni siquiera ha reunido a la comisión que tiene que definir el funcionamiento de servicio. Moya quiso esconder su falta de competencia atacando personalmente a la concejal del PP, pero al final lo que se puso de manifiesto es que además de poco eficaz en su trabajo, emplea formas deplorables y trasnochadas que lo sitúan al margen de las buenas prácticas y la modernidad democrática”.
No pasa por alto el PP que “lamentablemente, la gestión de Moya deja mucho que desear en todas las materias que están bajo su tutela, pues en Turismo no ha sacado adelante ninguna iniciativa propia, peor todavía es su papel en Agricultura, sector en que se ha hecho famoso por ser el concejal que menos ha destinado a caminos rurales y mención especial merece su actuación al frente de la Concejalía de Medio Ambiente, que ha pasado a ser irrelevante desde que la dirige Moya”. Espera el partido Popular que Antonio Moya "rectifique su comportamiento y dedique los esfuerzos a enmendar las múltiples decepciones que acumula en su gestión".
Finalmente reprocha el PP la complicidad del alcalde con el desafortunado comportamiento del su edil, “tuvo que ser la propia María Dolores Hortelano quien pidió que cesaran los insultos, pues Pascual Lucas consintió en todo momento los improperios del edil Moya, e incluso le permitió hacer un ruego que no le correspondía”.
