Las procesiones del Corpus se celebran desde el siglo XIII como colofón al tiempo pascual, sesenta días después de la Resurrección de Cristo, justo el jueves siguiente al domingo de la Santísima Trinidad. Por lo que se deduce que en Cieza bajo palio o ya en andas, se saca en procesión a la Eucaristía desde tiempos remotos. En el Archivo Regional se conservan fotografías tomadas la mañana del Corpus en Cieza donde se aprecia la procesión a su paso por las calles de Cieza a principios del siglo XX, dentro de un expositor o templete de madera dorado, en unas andas llevadas por sacerdotes y con el acompañamiento de honor de la Guardia Civil con uniforme de gala, tras las andas con el Santísimo vemos el palio de respeto y el pueblo acompañando al Señor Eucaristía.

Siempre se han hecho altares a su paso por las calles de Cieza y se han engalanado las casas para homenajear con lo mejor al que pasaba por ellas, al Santísimo Sacramento, el mismo Cristo bajo la especie del humilde pan.

Después de la contienda civil española hubo que rescatar obras de arte, retablos, imágenes, tronos de cofradías de semana santa y todo lo que se perdió en esa guerra fratricida entre hermanos. En los años cuarenta del pasado siglo XX se repuso todo lo destrozado o devastado en esos terribles tres años. No podía ser menos con el antiquísimo culto al Santísimo, no, y Cieza no se resignó a no tener una buena custodia y unas andas dignas para sacar por nuestras calles al Señor presente en la Sagrada Forma.

Pronto en los años cuarenta se empezó a pedir por las casas para tal fin, de casa en casa, cada uno dio lo que podía y si podía. Desde los más pudientes a los menos, el pueblo de Cieza logró en 1.946 que los Talleres de Arte Granda hiciera para nuestro pueblo una hermosa custodia para llevar al Señor en su procesión el día del Corpus, se realizó en los talleres de esta empresa en Alcalá de Henares (Madrid), siendo una obra de orfebrería de extraordinario valor artístico, hecha como he comentado por suscripción popular.

Realizada en oro, tiene en su forma reminiscencias de la custodia de la reina Isabel la Católica que lleva la famosa custodia de Enrique de Arfe en su interior, como parte principal donde lleva la Sagrada Forma con el Cuerpo de Cristo para su exposición y veneración pública. Es una obra única que forma parte ya del patrimonio artístico y religioso de Cieza.

Ya en los comienzos de la década de los años 50 del pasado siglo XX, también se realizaría las actuales andas de plata repujada y calada para llevar al Señor por nuestras calles, (en un principio y durante años se llevó con ruedas). La actual carroza del Santísimo que ahora se lleva a hombros se realizó a principios de los años 50 en los Talleres de Plata Meseses en Madrid, en la plaza de Canalejas, y cuando fue terminada se expuso en los escaparates de dichos locales y en la plaza de Canalejas causando una gran impresión a todos los que se acercaban a contemplarla, todos decían el gusto que tuvo Cieza para realizar una obra de tales características de belleza y diseño.

Las andas o carroza del Corpus de Cieza lleva un templete-expositor con columnas donde va la custodia llevando al Señor, lo escoltan en sus esquinas los cuatro evangelistas en material dorado, lleva un cuerpo de plata repujado de donde salen las varas actualmente donde van medallones con motivos eucarísticos en oro, todas las andas son de plata, le sigue un cuerpo de plata calado de donde sale el templete llevando la custodia, el templete lleva una cúpula que cobija a la Sagrada Forma en la custodia, y sobre esa cúpula coronándola se ve en oro la imagen de la Fe, una de las virtudes teologales. Recordemos que son la Fe, la Esperanza y la Caridad. Sin duda una obra de gran valor, realizada también con los donativos de todos los ciezanos/as.

La procesión del Santísimo se realizaba el día del Corpus por la mañana después de la solemne eucaristía en su honor, y ya en el año 1.997 gracias al entonces párroco de la Asunción y al presidente de la Junta de Hermandades, Rdvo.D. Antonio Muñoz Catalán y D. Rafael Salmerón Pinar, las andas del Santísimo son sacadas a hombros de todos los miembros de todas las cofradías ciezanas, procesionando delante todos los estandartes de todas las cofradías que existen en nuestra ciudad, acompañado por sacerdotes, presidentes de cofradías y representación de autoridades civiles y militares recorriendo la carrera tradicional repleta de altares y las calles alfombradas por maestranzos, hierbas aromáticas y alfombras a su paso, convirtiendo las calles en un auténtico templo al aire libre, lleno de respeto y fervor.

Bajo palio, en andas y por último en esta hermosa carroza-trono que desde los años 50 del pasado siglo XX, el culto, la devoción y el procesionar al Santísimo por nuestras calles es un rito muy antiguo, se pierde en los siglos anteriores, de hecho, es la procesión de las procesiones, el culto de los cultos, la devoción de las devociones, donde Cristo está pero no se ve, en las imágenes lo vemos pero no está, pues es el mismos Jesús el que sale a nuestras calles, pasa por nuestras puertas, al que todos debemos acompañar y mostrar nuestro respeto y devoción, es el Pan de la Vida, sin él no podemos hacer nada.

El santo patrono de la Eucaristía es San Pascual Bailón, (que era su apellido), es el patrono de las asociaciones eucarísticas por su gran amor a Jesús Eucaristía. Pero no solo San Pascual ha profesado su gran amor a Jesús Sacramentado, todos los santos han sido siempre grandes devotos de la Eucaristía, todos, es el centro de la vida de un cristiano, como no puede ser menos, la devoción a la Eucaristía y a la Madre de Dios, la Santísima Virgen.

San Antonio, canonizado a solo un año de su muerte, en el 1.233, gran predicador, doctor de la Iglesia desde el año 1.946, es el santo taumaturgo más grande jamás visto, pues Cristo por intercesión de San Antonio ha hecho infinidad de milagros, muchos, y su devoción se palpa por todo el mundo. Hombre de gran cultura, soberbia capacidad de prédica, el papa Gregorio IX lo llamaba "Arca del Testamento", en cierta ocasión, un debate entre San Antonio y un hereje acerca de la presencia real de Cristo en la Sagrada Forma terminó con que el hereje retó al Santo para que le demostrara que era el mismo Dios el que estaba en la Sagrada Forma. El hereje le propuso que tendría a su mula tres días encerrada y sin comer en su cuadra, y después la llevaría a la plaza ante todo el pueblo poniéndole delante el forraje.

Al mismo tiempo Antonio debería poner la Sagrada Hostia ante la mula: Si el animal se inclinaba ante la Hostia ignorando la comida, significaría que el Santo tenía razón. Mientras que la mula estuvo encerrada tres días, Antonio estuvo orando tres días. El día convenido, después de estar tres días la mula sin comer fue llevada a la plaza y puesta delante de una gran cantidad de forraje y delante de Antonio que sostenía en sus manos la Sagrada Forma. En ese momento el Santo le mostró la Hostia al animal y le dijo: "En virtud y en nombre del Creador, que yo a pesar de ser indigno, tengo entre mis manos, te digo, oh animal y te ordeno acercarte enseguida con humildad ofrecerle veneración". Ante los presentes, la mula bajó la cabeza hasta los jarretes y se arrodilló ante el Sacramento, pasando del forraje de su dueño. Este milagro está pintado al fresco en la capilla que San Antonio tiene en el Convento de San Joaquín de Cieza.

Como vemos, la importancia del Misterio Sacramental en la Eucaristía es el centro de toda la vida de un cristiano, su fiesta es tan grande que no cabe solo Jueves Santo. Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el Jueves de la Ascensión. Decía Jesús que donde esté tu tesoro estará tu corazón, que siempre tengamos nuestro tesoro en Jesús Eucaristía, se quedó aquí por mi, por ti.